¿Una falda de lurex con un jersey de punto? Pues sí, es lo que hay. El nuevo niño mimado de la moda, Alessandro Michele, ha hecho una colección para Gucci tan preciosa como histórica, tan chic que saca los brillos de su entorno nocturno natural para llevarlos a una reunión de media mañana o a un café de media tarde.
Acabados metalizados, lamé, brillos metalizados… Todo lo que antes sonaba a noche y a discoteca trasnochada ahora trasciende el momento nocturno y, con el estilismo adecuado, salta a las agendas de día para convertirse en un estilismo con el toque exacto de transgresión que se merece.
¿Dónde?
Lo hemos visto en las colecciones de Balmain, donde se explotan al máximo las pautas eighties, con todo tipo de estilismos brillantes y desde luego anti-minimalistas. Faldas plisadas de lamé, escotes asimétricos y hombros con voluminosos volantes nos transportan sin remedio a una fiesta post-cena en el crucero de Vacaciones en el Mar.
Pero Oliver Rousteing, director creativo de Balmain, no es el único que se ha dejado seducir por los brillos discotequeros de épocas pasadas. También lo han hecho J.W. Anderson para Loewe, Marc Jacobs, Kenzo, Louis Vuitton y Marco di Vicenzo.
¿Cómo?
No te vuelvas loca. Combina tus faldas tubo o plisadas de lurex o lamé con jerseys básicos de punto, chalecos college o camisas, como en Gucci o J.W.Anderson. Escoge siempre algo que rompa el momento disco-ochentero que se espera de una prenda brillante (con un pantalón de pana, por ejemplo, como en Dries van Noten, o en un vestido superpuesto a un pantalón masculino, como en Loewe). Sácala de su entorno nocturno para llevarla a la oficina, a una entrevista de trabajo o a una reunión del cole.
Por la noche, elige tops brillantes con pitillos de piel, como en Cavalli, o vestidos minimalistas a los que puedes superponer parkas casual, como en J.Crew o en Custo Barcelona; o bien minivestidos sin complejos para llevar con estampados llamativos y escote palabra de honor, como en Balmain, Versace o Blumarine. Puedes también optar por la versión más Old Hollywood, con vestidos largos que bajan en lineas fluidas a lo largo del cuerpo, como en Luisa Beccaria o Blumarine.