La primera pregunta que le hago al cliente es por qué quiere tener un perfume propio; es una pregunta importante porque el perfume que creamos es un vestido para la personalidad del cliente. Así es como conseguimos proporcionar una experiencia parecida a la alta costura, algo sin límites, crear un aroma que cuando salgas de la habitación la gente piense: ha estado aquí”. Quien habla es Jacques Cavallier Belletrud, maestro perfumero de Louis Vuitton e impulsor de un proyecto de alta perfumería a medida. “Quería ofrecer a nuestros clientes la posibilidad de llevar una fragancia única, hecha en mi taller creativo. Para mí, el servicio de Alta Perfumería a medida representa la esencia de la maison, porque la ultrapersonalización siempre ha estado en el corazón de Louis Vuitton”. Y como aclara el creador: “Cada fragancia es única y personal… Es posible que el resultado final revele partes de la personalidad del cliente que ni él mismo conoce”.
El objetivo de este servicio es crear un retrato olfativo del cliente. Y no es un proceso sencillo. “Es bastante largo, dura aproximadamente nueve meses: primero, hay que encontrar el ID del perfume en una fase que lleva algunas semanas; después, como en la alta costura, tienes que probar con el cliente las diferentes propuestas, normalmente ofrecemos entre tres y cinco retratos olfativos entre los que vamos probando hasta que encuentren aquel con el que se encuentran más identificados”.Un largo recorrido hasta componer, como los antiguos alquimistas, una fragancia única. El momento más delicado y determinante es “la entrevista con el cliente; es una parte muy excitante e inspiradora porque bajo la apariencia de las personas puedes encontrar una realidad totalmente diferente. Intento expresar esas realidades a través de mi arte y eso es fantástico. El resultado es una emoción, por eso este perfume no es una mercancía… va más allá de un mero accesorio”.
Tras la entrevista, el maestro perfumista de Louis Vuitton prueba distintas fórmulas en su taller de Les Fontaines Parfumées en Grasse. Es el momento de fusionar las materias primas más exclusivas que Cavallier adquiere en todos los rincones del mundo, y encontrar esa simbiosis perfecta donde quede reflejada la personalidad del cliente. Para Jacques Cavallier Belletrud hay un hecho evidente: “La personalización es la clave para seducir al comprador, lo es hoy y lo será mañana, especialmente en una industria como la de los perfumes en la que ya hay mucha variedad”.
Tras varios meses trabajando en la elaboración de la fragancia, y la aprobación del cliente, llega el momento de la realización del perfume, que se compondrá a mano en el Atelier d’Art, el nuevo espacio creado para realizar los perfumes a medida dentro de Les Fontaines Parfumées, y un lugar donde se respira la esencia no solo de lo exclusivo sino de la excelencia.Y para rematar ese carácter único, el perfume se presenta en un baúl realizado en Asnières, el histórico taller de Louis Vuitton donde se realizan los Pedidos Especiales. Cada uno de los baúles parte de la misma idea de la personalización: es único. Cuenta con una capacidad para cuatro botellas de 100 ml, tres de 200 ml, un estuche de viaje de 100 ml, un aerosol también de viaje y 16 recargas. Además, la recarga posterior es posible en todas las tiendas Louis Vuitton en la que existe servicio de perfumería.