Para definir a Drapers, hay que mirar hacia sus orígenes en 1956, cuando Arturo Lolli creó una compañía cuya máxima era ofrecer la máxima calidad en cada uno de sus productos. Una razón significativa para entender que sea la marca de tejidos más demandada por los grandes sastres de todo el mundo. Pero el éxito siempre tiene unos antecedentes, que en la firma italiana nacida en Bolonia –donde sigue teniendo su sede – se encuentran en su filosofía creativa; en una propuesta de tejidos que son la síntesis del refinamiento. Inspiradores, placenteros y, por encima de todo, elegantes. Es lo que pudieron descubrir los invitados en el evento organizado en la Sastrería Fernández Prats.
Nacidos para ser parte de un Su Misura marcado por la excelencia. Y una marca que también ha sabido evolucionar, apoyada en la tecnología, para ofrecer en todo momento ese estilo italiano tan sutil pero definido e identificable. Todo ello hace que Drapers sea ahora una firma reconocida en todo el mundo, y en ello tiene mucho que ver su entrada, en 2018, en el Grupo Vitale Barberis Canonico -la empresa textil más antigua y que sigue en manos de la misma familia–, donde ha consolidado esa visión internacional. Con una propuesta de tejidos sofisticados, exquisitos y distinguidos, la distribución es cada vez más global. Además, la introducción en el universo digital en forma de web permite una compra más sencilla, rápida y lineal. Un apasionante viaje por los más de 1.500 artículos de la colección Drapers entre texturas, tejidos, tintes y colores esenciales para un estilo más clásico y original.
El resultado de todo lo anterior son colecciones que inspiran y cuentan historias: Lady Sanfelice, Arrival, Blazon, The Bingley, entre otras, son texturas icónicas que marcan el histórico de Drapers, y a las que con el paso del tiempo se han añadido otras nuevas gamas como Montecarlo, Supersonic, Rainbow, Portofino Linen y H.O.P.E. Todas ellas representan desde las franelas italianas a los tejidos más clásicos para el día a las prestaciones más atrevidas a prueba de viento y lluvia, pasando por los tejidos creados con especial atención hacia el medio ambiente y el bienestar animal.
La investigación es otro de los patrones necesarios para entender el progreso y la expansión de la empresa. Cada colección es un exponente de singularidad y capacidad de personalización, de hacer vivir una experiencia individual y única. Entre ellas, se encuentran Golden Selection, la propuesta de temp orada para trajes y chaquetas de gran expresión; Six Ply, un tejido robusto y resistente a las arrugas de los hilos de seis torsiones; Grand Crù, el más precioso de los tejidos, creado por Vitale Barberis Canonico en exclusiva para Drapers con lana Merino Sajona Australiana extremadamente rara y el hilo más fino del mundo. Su exclusividad, tanto por su aspecto como por su tacto, es el resultado de un proceso de acabado donde adquiere sedosidad y brillo, y cuya autenticidad es certificada en el momento de la compra.
Muchos años de maestría han hecho que otro de los valores que definen a Drapers sea el del servicio. Siempre puntual y preciso, atiende a más de 1.000 clientes en todo el mundo que han descubierto una firma con una clara identidad, polifacética en su oferta, pero siempre con la máxima de ofrecer los mejores tejidos –creados a partir de las mejores materias primas–, con diseños inigualables, contemporáneos y que se anticipan a modas y tendencias, pero siempre con una intensa conexión con la tradición. Eso es lo que le hace diferente… o habría que decir única.