Inspirada en la cantante y activista social Fela Kuti, la exposición Suffering and Smiling -en referencia a una canción de la artista-, habla de la resistencia y duras condiciones de vida en las que vive la población africana en condiciones de malestar económico, disparidad en riqueza, empleo y oportunidades, y la falta general de orden y estructura sistémicos. A pesar de ello, los ciudadanos promedio de estas naciones africanas se esfuerzan por triunfar; así lo transmite esta nueva muestra protagonizada por el nigeriano Matthew Eguavoen y el camerunés Daniel Onguene, expuesta en la galería Out of Africa (Sitges, Barcelona) hasta el próximo 10 de julio.
Matthew Eguavoen cuestiona los efectos duraderos de la esclavitud en el ciudadano nigeriano común, que, a pesar de vivir en una nación libre y soberana, muchas veces continúa sometidos ante los poderes fácticos. Con su trabajo, el artista traduce este desequilibrio social en retratos de colores vibrantes, una referencia directa a lo que considera que es la falta de un estado funcional, donde el poder económico y la riqueza son desviados por la élite política y empresarial, y las oportunidades y trabajos significativos para el ciudadano común son escasos.
Sus obras están marcadas por expresiones tristes, poses seguras y atuendo vibrante, una combinación de ideas que conviven en los ciudadanos retratados por el nigeriano, quien sostiene que la población africana permanece desafiante frente a la opresión. Al igual que los sujetos de sus retratos, el propio artista vive y trabaja en Lagos, Nigeria, y está decidido a triunfar dentro de sus propias fronteras. «La hierba es más verde de este lado», afirma definiendo a varias generaciones de africanos decididos a ser el cambio que desean ver.
La misma historia sucede en la obra de Daniel Onguene, que vive y trabaja lidiando con los problemas socioeconómicos de su país, Camerún, no solo plagados por la mala gestión económica y la corrupción, si no también por la tensión social y violencia entre anglófonos y francófonos. Sus retratos son una representación de la situación socioeconómica de su país: un amplio abanico de grises y una paleta apagada protagonizan los fondos de sus piezas, que hablan de decadencia, conflicto y división social, resaltando aspectos como la mala gestión económica, la corrupción y la falta de empatía por los trabajadores.
El trabajo de Onguene refleja que en muchos casos, estas circunstancias no evitan que el ciudadano prospere. Entre colores cálidos y vibrantes, pone el acento en las sonrisas de sus sujetos, símbolo de optimismo y esperanza que ofrece una narrativa opuesta al actual estado de agitación social. El artista, tras un período de reflexión, reafirma la capacidad de sus modelos por verse no solo como supervivientes, sino también como héroes cotidianos.