De la verde (y rojiblanca) costa vizcaína al desierto de Phoenix. Todo empezó con una beca para jugar al golf en la Universidad de Arizona State y compaginarlo con sus estudios de comunicación. Así inició el joven Jon Rahm su camino para convertirse en el mejor jugador amateur de la historia del golf. Pero donde muchos se habrían estancado en un búnker de conformismo y despistes vitales varios, el golfista vasco de Barrika (a 20 kilómetros de Bilbao) solo vio un primer paso para acabar convirtiéndose en un vendaval, una fuerza de la naturaleza que se instaló en el circuito norteamericano profesional, tradicionalmente poco propicio a los jugadores europeos, y triunfar con un estilo distinto al de otros grandes maestros españoles, con un toque apasionado y extrovertido.
A sus 27 años, y tras cuatro o cinco temporadas de ganar títulos a ambos lados del Atlántico y lograr calar entre los estadounidenses con el mote de Rambo, 2021 ha sido el año de hacer historia a lo grande. Rahm, un apellido originario de una familia suiza instalada en España hacia 1780, es el cuarto golfista español en ganar uno de los cuatro Grand Slams tras Seve, Olazábal y Sergio García, y el primero en llevarse el Open de Estados Unidos. Tras pasar el coronavirus y no poder defender el Torneo Memorial que había ganado en 2020, Rahm se alzó con un triunfo histórico este verano en el californiano campo de Torrey Pines en San Diego con dos birdies en los dos últimos hoyos de un final de infarto. Top 10 en los otros tres grandes torneos del curso, Masters de Augusta, Open Británico y PGA, Jon Rahm, forofo de Athletic de Bilbao, que le declaró socio de Honor, y amante de su tierra, a la que regresa siempre que puede desde su residencia en Arizona, ha ganado también este año otro trofeo vital: su mujer dio a luz a su primer hijo, Kepa, y abrió la cuenta de los triunfos del deportista español del año.