Astondoa ha construido más de 3.000 embarcaciones en sus más de cien años de historia. Las primeras, allá por 1916, botes de remo y traineras de madera en la pequeña carpintería de Portugalete que regentaban los hermanos Jesús y José Astondoa Martínez. A partir de los años 60 y 70, embarcaciones de recreo, tan demandadas en el Levante español que convino trasladar el astillero a Santa Pola. Y, a partir de los 80, barcos de materiales más allá de la madera que consagraron a Astondoa como un astillero de referencia a nivel europeo. La última creación de Astondoa, el AS8, es fruto, entre otros factores, de ese siglo de experiencia. También de una filosofía, quizás en desuso en el sector, que las cuatro generaciones de la familia que han manejado hasta ahora el timón del astillero han mantenido intacta: para garantizar los más altos estándares de calidad, todos los procesos de producción se realizan en el astillero, desde la carpintería hasta la mecánica. Y hay otro elemento que caracteriza a esta emblemática empresa española: cada embarcación se diseña al gusto y necesidades del cliente, es decir, al igual que no hay dos personas iguales, no hay dos Astondoas iguales.En el astillero están orgullosos de afirmar que el yate que ahora ve la luz –fue presentado el 1 de octubre y ya se han vendido dos– es una “obra de arte”, una “revolución” en la línea de embarcaciones tipo crucero. Carácter deportivo, diseño contemporáneo y funcionalidad son sus señas de identidad, combinadas siempre con la elegancia y la experiencia que distinguen a la marca. Sus acabados y materiales redundan en el objetivo último de sus creadores: convertir el AS8 en el favorito de quienes priman la relajación y la máxima confortabilidad a bordo. Vayamos a lo concreto. Perteneciente a la gama Flybridge, su eslora es de 25 metros y su manga, de 6; y una de las características principales de su diseño son los grandes ventanales laterales, que proporcionan luz al interior y permiten disfrutar de unas extraordinarias vistas.Ascendiendo desde popa, llama la atención la perfecta conexión entre la bañera y el ‘beach club’, dos espacios que se funden en una elegante armonía. La acertada orientación del mobiliario de la bañera, el balcón acristalado y el diseño de los peldaños de acceso entre ambos espacios, junto con el sofá del ‘beach club’, reflejan un concepto vanguardista de integración del espacio. Desde allí, el acceso a proa resulta cómodo a través de dos amplios pasillos laterales con un peldaño a media eslora y pasamanos en fibra de carbono hasta llegar a proa, donde la gran A de acero emblema del Astondoa sirve de respaldo al pequeño asiento de proa. El generoso ‘flybridge’ ofrece un diseño contemporáneo, con una zona de asientos para brindar un agradable ambiente de privacidad. En el interior, el gran salón-comedor de siete metros de eslora, con grandes zonas acristaladas, ofrece una espectacular sensación de proximidad con el mar. También en la patronera-cocina se han dispuesto grandes cristales frontales para favorecer la luminosidad. En la cubierta inferior, se encuentran todas las estancias de descanso para acomodar hasta a 12 pasajeros en cuatro espaciosos camarotes –todos ellos con baño en suite–, entre los que destaca el del armador, con dos posibles configuraciones. Dos cabinas para tripulación completan los espacios de descanso del barco.