Gucci ha tomado el museo Tate Modern de Londres por unas horas para convertirlo en una pasarela. «Le debo mucho a esta ciudad, me ha acogido y escuchado. Lo mismo ocurre con Gucci, cuyo fundador se inspiró en su experiencia allí. El regreso de la casa está impulsado por el deseo de sumergirse en su esencia distintiva, su motor creativo con su capacidad ilimitada para juntar contrastes, hacerlos conversar y encontrar formas de convivir. Hoy estamos aquí para celebrar ese espíritu», ha dicho el director creativo de la firma, Sabato de Sarno, sobre la decisión de trasladar a la capital inglesa su fiesta de presentación.
El sótano de la galería de arte ha servido de espacio perfecto para acoger el desfile de la colección crucero 2025 del sello de origen italiano, el cual ha mostrado una gran variedad de propuestas que van desde vestidos plisados, conjuntos de ante y blusas hasta chaquetas y abrigos cortos que hacían un claro guiño a la sastrería británica.
Al evento no han faltado ni la artista Dua Lipa, ni la actriz Demi Moore o la modelo Kate Moss, de igual modo que se ha podido ver a las cantantes Solange y Debbie Harry, al actor Andrey Scott y a la influencer Alexa Chungasí como a la productora y actriz Salma Hayek junto a su esposo, François-Henri Pinault, quienes han tenido como compañero de asiento (y no por casualidad) a Paul Mescal.
Paul Mescal ha ocupado un hueco de honor en el front row del desfile de Gucci junto al magnate del grupo Kering, propietario de la empresa. El actor lleva mucho tiempo vinculado a la marca no solo porque hace unos meses protagonizó una campaña con motivo del 70 aniversario del mocasín Horsebit, sino porque prácticamente en todas sus apariciones sobre una alfombra roja recurre a diseños de la marca para vestirse.
En esta ocasión ha vuelto a hacerlo y no ha necesitado complicarse demasiado a la hora de decidirse ya que, fiel a su estilo minimalista pero con un toque de vanguardia, ha hecho del ‘total black‘ su mejor elección. Vestir de negro de pies a cabeza siempre es una sabia decisión cuando se persigue la elegancia sin estridencias, una lección que el intérprete tiene muy bien aprendida si tenemos en cuenta que es una fórmula de lo más recurrente en su repertorio.
Para esta velada tan especial para la firma, su apuesta ha sido combinar unos pantalones de pinzas de corte recto con un cinturón y una camisa a tono aparentemente sencilla que tenía de especial tanto su silueta fluida como las tiras que le nacían del cuello que en lugar de llevar anudadas en un lazo ha decidido dejar sueltas para lograr un resultado más interesante. Su único complemento, además de los botines que se ha calzado, ha sido el reloj de Cartier que llamaba la atención en su muñeca izquierda.
Paul Mescal, quien después de llevarse todos los halagos gracias a su trabajo en películas catalogadas como indie como Aftersun o Desconocidos tiene pendiente de estreno la superproducción Gladiator 2 para el próximo otoño, ha logrado probar con este estilismo tan acertado el poder del monocromatismo y ha corroborado por qué está considerado una de las estrellas de su generación que mejor entiende la moda.