Corría la década de 1970 y el mundo comenzaba a ver el futuro como una película de ciencia ficción. No se sabía muy bien cómo evolucionaría la humanidad y la tecnología y, por supuesto, tampoco se sabía que iba a llegar a unos límites tan insospechados como el desarrollo de la Inteligencia Artificial en cosa de medio siglo.
Quizá es por eso por lo que la sociedad actual no deja de echar la vista atrás, de volver a lo antiguo y de poner de moda lo vintage. Grandes iconos de aquel pasado tan amado han regresado con intención de quedarse como los pantalones de campana, estampados étnicos, chalecos, la música de entonces e incluso los peinados. La compañía relojera suiza AMIDA ha querido sumarse a esta tendencia, trayendo de vuelta su reloj más icónico.
No cuenta con ningún sistema inteligente como los relojes inteligentes de Huawei, ni tampoco pantallas táctiles. El Digitrend de AMIDA es uno de los modelos más icónicos de la época, que hoy se considera una pieza de colección. Pese a no ser hoy el reloj más avanzado tecnológicamente, cuando salió en 1976 se presentó como un diseño completamente revolucionario cuya idea principal se basaba en no tener que girar la muñeca para ver la hora.
Inspirado en el universo retrofuturista
Este nuevo modelo ha salido a la venta bajo el nombre de AMIDA Digitrend Take Off y a un precio de 3.500 euros. Para la compañía, este modelo representa «el universo retrofuturista de la era espacial, el diseño automovilístico y la arquitectura de los años 1950 y 1970″. Es por ello que decidieron revalorizar aquel diseño del pasado que ofrecía una visión que sigue resultando futurista hoy.
Para la tarea necesitaron la ayuda de Johann Terretaz, diseñador gráfico y tipógrafo suiza, así como de Bruno Herbet, quien diseño un módulo adicional para indicar las horas y encontrar la fórmula perfecta para que los números se reflejen y ofrezcan una visualización óptima. El encargado de rediseñar la pieza completa fue Matthieu Allègre: la tipografía, la forma, los acabados de la caja, la correa de Alcántara, el brazalete de acero y los gráficos de fondo de la caja.
Los acabados están hechos con masa oscilante esqueletizada, arenada y de grano circular. El material utilizado es acero inoxidable 316L, satinado y pulido, al que se añaden 23 rubíes. Se trata de una edición limitada tan cuidada que incluso hace un guiño al primer logotipo de la marca de 1925 con el packaging, que tal y como comunican desde AMIDA, «actuará como objeto expositivo y decorativo inspirado en el espacio y el universo retrofuturista».