Lewis Hamilton es un fanático de los relojes. El piloto ha confesado en más de una ocasión ser todo un coleccionista de estas joyas en sus distintas versiones desde que es solo un niño. Puede presumir incluso de haber diseñado uno en colaboración con la firma IWC ya que, después de más de una década colaborando junto a la marca suiza, el británico creó una pieza fabricada en platino con una esfera única de color verde azulado y destellos de diamantes por dentro y por fuera del que solo se pusieron a la venta 44 unidades en todo el mundo.
Lo más probable es que de impresionante repertorio este exclusivo modelo ideado por él mismo fuera hasta ahora su favorito por razones obvias, pero decimos hasta ahora porque tras la nueva incorporación a su repertorio puede que al primer puesto de su lista de preferidos haya pasado ahora a figurar el último lanzamiento de IWC.
Este último es ni más ni menos que el primer reloj de cerámica totalmente luminoso, un concepto revolucionario en el sector de la relojería que Hamilton ya ha lucido en su muñeca antes que nadie en los últimas horas.
IWC Schaffhausen ha desarrollado una tecnología patentada de cerámica luminosa llamada Ceralume® que está basada en un proceso de alta ingeniería y pendiente de patente y que permite producir por primera vez cajas de reloj de cerámica totalmente luminosas. Esto se consigue mezclando homogéneamente polvos cerámicos con pigmentos Super-LumiNova® de alta calidad, un material luminoso que actúa como una batería para almacenar energía luminosa. Es decir, este compuesto se comporta como un acumulador de luz ya que absorbe la luz solar o artificial, la almacena temporalmente y, posteriormente emite esa energía absorbida en forma de luz visible.
Según las pruebas que realizaron, la duración de la luz azulada brillante aguanta más de 24 horas y el proceso de almacenamiento puede repetirse tantas veces como se quiera sin que por ello el material se vea deteriorado o pierda intensidad.
Este reloj es el resultado de la larga experiencia de la prestigiosa manufactura suiza trabajando con cerámica, la cual es ligera, extremadamente dura y muy resistente a los arañazos. Un elemento en el que son expertos puesto que ya en 1986 lanzó el primer reloj de pulsera del mundo con una caja de cerámica negra de óxido de circonio.
Este reloj conceptual de IWC se ha fabricado tomando como base un diseño del Aviador Cronógrafo 41 case de la firma suiza con una esfera luminosa con base de latón y una correa de caucho blanca que también ha sido enriquecida con pigmentos Super-LumiNova® para conseguir que sea ilgualmente luminosa.
Todo un desafío de la división experimental XPL de la marca con el que será imposible tener miedo a la oscuridad.