Con la llegada del buen tiempo, apetece poner en práctica looks desenfadados y casuales que permitan explorar las infinitas posibilidades que la moda estival ofrece al armario masculino. Reinterpretar los básicos es siempre una de las claves del verano: líneas simples y simétricas, colores neutros y un retorno a la sencillez son tres formas seguras de acertar en la transición hacia las temperaturas cálidas. De esta forma, sin complicaciones estéticas, la industria de la moda presenta un catálogo de firmas sostenibles construidas sobre la máxima de hacer bien al planeta y sus recursos. Es el caso del diseñador Roberto Verino, quien considera que vestir bien consiste es perseguir un estilo atemporal, sobrio, que aunque a veces no siga las tendencias, sea un reflejo de un estilo personal propio. El gallego encuentra en la atemporalidad la mejor herramienta para llegar a una moda sostenible, pues es así como las prendas permanecen dentro del armario durante muchos años.
Esta filosofía permite a la firma ser hoy una de las grandes defensoras del slow fashion en nuestro país, abanderando la responsabilidad de saber consumir lo justo. «Hay que ser solidarios con el planeta y con las personas, de forma que disfruten con su estética y con su cuerpo. El cuidarnos y querernos es un entrenamiento constante. Las prendas tienen vida, aquí reside la verdadera sostenibilidad», afirmó el diseñador en una entrevista a GENTLEMAN el pasado año. En su proceso de creación y confección todos los recursos presentes en el entorno están protegidos y revalorizados gracias a un modelo de negocio que busca implantar técnicas que buscan la calidad -gracias al uso de materiales y tejidos que perduran en el tiempo- y la integración de procesos con tecnologías avanzadas, como el fitting virtual, que permite hacer pruebas sobre modelos virtuales, lo que permite ahorrar tiempo y costes.
Reivindicar el oficio artesanal
El triunfo del fast fashion dio lugar a que dejaran de diseñarse prendas pensadas para durar en el tiempo o para ser reutilizadas; el resultado es una sobreproducción constante y la aceleración de la industria, donde actualmente es casi imposible crear un sistema circular en el que las prendas puedan ser reutilizadas, recicladas o descompuestas. Comprar moda sostenible es, por tanto, el primer paso para minimizar el impacto medioambiental sobre los recursos naturales, reflexionando, además, acerca de los hábitos y comportamientos como consumidores. La solución que firmas como la de Verino ofrecen es comprar con inteligencia, con talento, pues la moda ha de ser una inversión de la que disfrutar a largo plazo. En la construcción de ‘armarios emocionales’ el diseñador sintetiza este concepto. «Son prendas sencillas en corte, diseño y con colores de la naturaleza. Lo que importa es lo que la prenda te hace a ti, no lo que tú le haces a ella. Cada vez que abras tu armario, te estarán recordando, como si fueran un diario, experiencias, sensaciones o personas», explica el gallego.
Un verano elegante
Para esta temporada su colección está destinada a convertirse en favorita de todos aquellos que saben de moda. Prendas simples y funcionales para el día a día, que reinterpretan el concepto de ‘arreglado pero informal’. La sofisticación y el estilo urbano conviven en esta colección confeccionada en tejidos que abarcan desde el algodón y el punto, en camisas y jerséis, hasta el ante o el nailon en cazadoras y chaquetas técnicas. Se trata de looks básicos, casuales, que se ajustan a cualquier entorno y elevan el confort sin perder la elegancia. La paleta es tranquila, con tonos que vuelven a la naturaleza: marrones, beiges y blancos se alían con la sencillez de cortes para crear una colección relajada, con detalles de inspiración deportiva, como los bolsillos laterales en pantalones estilo cargo, o las zapatillas de piel con elegantes toques de color. Entre las prendas clave se encuentran pantalones chinos de líneas sencillas, jerséis de cuello redondo y americanas en tonos claros que rebajan el aspecto formal.