De explorar las fronteras de la naturaleza a la encomiable labor de preservarla. Es el resumen de décadas de trabajo en las que Rolex no solo ha probado suficientemente el valor de sus creaciones y su resistencia, sino que en el mejor estilo de su fundador, Hans Wilsdorf, ha experimentado nuevas fórmulas de cumplir una labor más allá de la pura mecánica. Así hay que entender asociaciones como la iniciada en 1954 con la National Geographic Society –revitalizada a partir de 2017– o sus Premios Rolex a la Iniciativa, amén de estar presente en distintos proyectos que procuran la defensa y mejora de las condiciones de nuestro planeta. De hecho, en 2019 lanzó su iniciativa Perpetual Planet, que no es otra cosa que el compendio de todas esas actuaciones en las que la firma relojera se ha implicado a lo largo de su historia.
Todo comienza en los años 30 del pasado siglo, cuando los relojes Rolex se convierten en asiduos compañeros de expediciones que tienen su culminación en el Everest, en 1953, con la aventura de sir John Hunt, y donde sir Edmund Hillary y Tenzing Norgay se convirtieron en los primeros hombres en alcanzar la cima de la mítica montaña.En honor a este logro, Rolex lanzó el reloj Explorer ese mismo año, una pieza que mejoraría sus condiciones a lo largo de los siguientes años y que en 1971 desembocaría en el Explorer II, con visualización de fecha, segundo huso horario y bisel fijo para distinguir día y noche.La presencia de Rolex no iba a limitarse a las cumbres. En 1960 se incorporó a la exploración de los fondos marinos, en particular la fosa de las Marianas –uno de sus referentes–, y que marcaron una nueva línea de trabajo dentro de la particular exploración de la compañía.
Una nueva exploración
El mundo ha cambiado, y también sus necesidades. La experiencia adquirida durante tantos años hizo que en 2019 todas las iniciativas impulsadas por Rolex a lo largo de estos años se resumieran en un proyecto, Perpetual Planet. Por ahora, cuenta con tres pilares: la iniciativa Mission Blue, de la bióloga marina Sylvia Earle, para proteger los océanos a partir de una red de áreas marinas protegidas denominadas Hope Spots; los Premios Rolex a la Iniciativa, con proyectos capaces de potenciar el conocimiento y protección del medio ambiente; y la colaboración con National Geographic.Sylvia Earle es testimonial Rolex desde 1982. En 2010, puso en marcha Mission Blue para proteger la vida marina en peligro. Los Hope Spots son zonas de los océanos que se consideran fundamentales para la preservación de las especies. Con el apoyo de Rolex, desde 2014 el número de Hope Spots ha pasado de 50 a 130. Earle forma parte de un movimiento global que pretende que el 30% de los océanos estén protegidos en 2030.Los Premios Rolex a la Iniciativa se crearon en 1976 por André J. Heiniger, por aquel entonces director de Rolex, para celebrar los 50 años del Oyster. Lo que iba a ser un único acto se ha convertido en uno de los galardones más reconocidos y ha apoyado desde entonces a 150 laureados que con sus proyectos han contribuido a mejorar las condiciones de vida y a la protección del planeta. Los Premios Rolex a la Iniciativa representan la ética que sirve de inspiración para su proyecto Perpetual Planet.
En los océanos
La primera incursión marina de Rolex fue a bordo del batiscafo Trieste, pilotado por Jacques Piccard y Don Walsh, quienes descendieron a una profundidad récord de 10.916 metros con un Oyster experimental (el Deep Sea Special) fijado en el exterior. Luego llegaron uniones como la de 1974 con Our World-Underwater Scholarship Society, una comunidad de profesionales marítimos o expediciones como Under the Pole, cuya primera experiencia se plasmó en un reportaje cinematográfico y fotográfico sobre el mundo submarino de los casquetes polares del Ártico. Presente en iniciativas como Monaco Blue, en 2012 Rolex rememoró el récord de inmersión de 1960; lo hizo de la mano del cineasta y testimonial James Cameron, que completó su inmersión en solitario con un Rolex Deepsea Challenge, que mostró su capacidad hermética a 12.000 metros de profundidad.
Nuevas fronteras del conocimiento
Bajo el nombre Perpetual Planet Expeditions, Rolex y National Geographic están explorando los entornos más extremos del planeta para revelar nuevos conocimientos sobre los impactos del cambio climático en los sistemas que sustentan la vida en la Tierra: las montañas como las ‘torres de agua’ naturales, los bosques tropicales como los pulmones del mundo y el océano como su sistema de climatización. La primera expedición, al Everest, comenzó en abril de 2019 y concluyó en junio del mismo año. El equipo, liderado por National Geographic y la Universidad de Tribhuvan, se fijó como objetivo comprender mejor los efectos del cambio climático en los glaciares del Hindú Kush-Himalaya, que proporcionan recursos hídricos a mil millones de personas.Rolex ha apoyado también el National Geographic Explorers Festival desde 2017, evento donde se reúnen expertos que comparten sus descubrimientos, conocimientos y soluciones con el fin de crear un futuro más sostenible. De igual modo, los científicos de la National Geographic Society han actuado como miembros del jurado de los Premios Rolex a la Iniciativa, y ambas instituciones protagonizan alianzas con Sylvia Earle, el cineasta y explorador James Cameron y el fotógrafo submarino David Doubilet., además de convertir a 21 laureados de los Premios Rolex a la Iniciativa en exploradores de National Geographic o destinatarios de becas. Rolex ha sabido conservar intacto el legado de su fundador en otras múltiples acciones, pero sin duda con Perpetual Planet se establece un compromiso a largo plazo con el medio ambiente.
Premios Rolex a la Iniciativa
Participar en la mejora de las condiciones de vida del planeta y fomentar los valores asociados a la calidad, el ingenio, la determinación y, sobre todo, el espíritu emprendedor. Esa es la síntesis de los Premios Rolex a la Iniciativa, como bien describía su impulsor, André J. Heiniger. Pero además, estos galardones son únicos en varios aspectos. A diferencia del resto, no se reconocen logros del pasado, sino proyectos nuevos o en curso. Eso se ha traducido en 150 proyectos muy variados, donde se han plantado 18 millones de árboles; se han protegido 25 especies y 21 ecosistemas principales–incluidos 57.600 km2 de selva amazónica–; se han descubierto cientos de nuevas especies; se han realizado 13 expediciones; y se han desarrollado 32 tecnologías.