Dijo alguien una vez que renovarse o morir, y Maserati, ni tanto ni tan calvo, decidió, tiempo atrás, mantener lo mejor de sus modelos -clásicos y dar el salto al futuro automovilístico. Dicho modus operandi, esencia de la marca de Módena, se hace patente en la edición exclusiva y personalizada que Maserati ha presentado con motivo del 50 aniversario del Tignanello, uno de los vinos emblema de la nación transalpina. Se llama GranCabrio Folgore y se caracteriza por ser 100% eléctrico.
Serán pocas las balas que tenga aquel que quiera hacerse con el codiciado automóvil: ha sido diseñado en exclusiva para Marchesi Antinori y será subastado en al Gala Arts for All, en el marco del Festival Napa Valley de California, el próximo 14 de julio. El evento que acogerá esta venta es una de las citas benéficas más importantes que la nación norteamericana dedica al arte, consideración que bien merece este modelo.
Este lanzamiento no vacila en efemérides y, más allá del considerable medio siglo de éxitos que ha transcurrido desde que la primera botella de Tignanello fuera descorchada, también festeja el 110 aniversario de una marca que ha trascendido el mundo automovilístico para convertirse en un símbolo del país mediterráneo.
Modernidad en el primer descapotable eléctrico de lujo
La citada estela cultural acompaña la particular llegada al mercado del nuevo GranCabrio Folgore, que viene, además, con la coletilla de ser el primer descapotable completamente eléctrico de lujo, el más rápido del mundo, y eje en torno al que gira el interminable listado que compone el equipamiento del coche y que tiene como pilares fundamentales el confort y la elegancia. Entre otras cosas, el vehículo posee un sistema de baterías basado en la tecnología de 800V y desarrollado con soluciones técnicas de pura vanguardia sustentadas en la Fórmula E.
Se transforma en lujoso coche la idea que desprende el viñedo de Tignanello, raíz que puede ser rastreada en multitud de detalles que no pasan desapercibidos para el coleccionista: el exterior del vehículo presenta una pintura única llamada ‘Terra di Tignanello’ que recuerda al suelo de estas tierras vitícolas con un tono castaño que se fusiona con una elegante mano de burdeos cobrizo idéntico al de las barricas del lugar agrario. Por su parte, las llantas y las pinzas lucen un emblema de cobre brillante sobre el fondo negro que hacen las delicias de un juego de luces que se culmina con la capota de tela negra de su exterior.
También en el interior se encuentra la esencia. El cuero que reviste los asientos es todo un guiño a la tradición, que se mezcla con el moderno tejido multimaterial plateado y burdeos —referencia a la sostenibilidad—, y que se corona con el grabado que el láser ha inmortalizado sobre la madera de brezo oscura: «1971-2021». Todo esto hace realidad aquello de que la marca del Tridente hace suya la frase de ‘renovarse o morir’.