Hugh Jackman, portada de Gentleman. «Soy un libro abierto, como persona y también como actor»

Hugh Jackman, portada de Gentleman. "Soy un libro abierto, como persona y también como actor"
Hugh Jackman, portada de Gentleman. "Soy un libro abierto, como persona y también como actor"

El actor australiano Hugh Jackman (Sidney, 1968) aprendió pronto que no tenía que hacer caso a lo que le recomendaran los ejecutivos de Hollywood. Si por ellos fuera, habría sido un actor de musicales, principalmente en Broadway, o habría seguido pegado a las garras y patillas de Lobezno y similares películas de acción toda su carrera. “La gente me decía que tenía que elegir por qué quería ser conocido, que no podía ser todo. Pero yo quería ambos: quería ser Lobezno y quería bailar y cantar”, decía el año pasado, cuando, definitivamente, acalló todas esas voces.
Jackman empezó 2017 despidiendo a Lobezno en el capítulo más amargo y oscuro de la saga (‘Logan’ se llamó la película) y lo acabó protagonizando ‘El gran showman’, un musical sobre el hombre que inventó el show business. Y en 2018 cumplió 50 años promocionando la película más seria de su carrera, que ahora estrena en España (prevista para el 15 de febrero próximo), ‘El candidato’ (dirigida por Jason Reitman); y anunciando la gira del espectáculo musical teatral ‘The Man. The Music. The Show’, que le llevará por estadios de todo el mundo en el verano de 2019, interpretando sus canciones más conocidas en un ‘one-man show’.

El actor tiene claro que ‘Los miserables’ (2012) y la gala de los Oscar (2009) que presentó cambiaron la forma en que la industria y el público le veían. Y si ahora volvía a acostumbrarnos a su faceta más showman, en ‘El candidato’ interpreta al primer personaje real y vivo de su carrera, el político Gary Hart, candidato demócrata a la presidencia en 1988, el nuevo Kennedy le llamaban, hasta que su vida privada de escarceos amorosos le estalló en la cara. Fue el fin de su carrera y también el fin de una era política y de relación con los medios de comunicación. Alguien como Hugh Jackman, que lleva casi 20 años bajos los focos, tiene mucho que decir sobre el tema.
Como drama político, ‘El candidato’ es una película muy distinta a lo que ha hecho hasta ahora. Pero en algunos aspectos se sentiría muy cercano a Gary Hart.

Fue un proyecto que me apasionó cuando Jason Reitman me lo ofreció porque era algo diferente. Y entiendo al personaje, pero soy muy distinto a Gary. Yo soy un libro abierto, él es una persona que dejaba que la gente se acercara a él, pero nunca tanto como para que supieran quién era. Eso es justo lo contrario a mis instintos, como persona y como actor. Aunque a menudo me he sentido en ese debate de hasta dónde dejar que la gente me conozca y entienda.
Es la primera vez que conoce al personaje real que interpreta, ¿qué significó hacerlo?

Recuerdo que cuando fui a verle, mi mujer (Deborra-Lee Furness), que también es actriz, me preguntó si estaba seguro de querer conocerle y le dije: “Tengo que hacerlo, tengo que mirarle a los ojos y decirle que entiendo lo difícil que debe de ser esto, pero me lo tomo muy en serio”. Y necesitaba también sentir qué era estar a su alrededor. Al final, nos hemos hecho muy amigos.
Lleva muchos años viviendo y trabajando en Estados Unidos, pero como australiano, ¿cómo ve el clima político actual en el país?

No tenía ni idea de lo complicado que era el sistema. Es complejo y fascinante cómo ha evolucionado. Gary fue parte de ese cambio. Y sigue cambiando muy rápidamente. La poética de la personalidad, la idea de tener que entretener como político, creo que ha salido de EE UU, pero no creo que este momento único que vivimos ocurra solo en EE UU; en Australia estamos pasando por algo no visto hasta ahora, en Europa, con el Brexit… Estamos despertando ante muchas cosas y preguntándonos cómo hemos llegado a este punto. Parece que hemos tirado las reglas por las que no regíamos hasta ahora por la ventana.¿Cree que los medios, como dice la película, tienen algo de culpa?

La película no culpa a los medios o a la campaña. Esto es un grupo de personas actuando en el momento e intentando ver en cada momento qué es lo importante y quizá su punto ciego fue no ver hacia dónde iba la prensa. Como dice en la película, “haces una cosa y nunca lo olvidaremos”. Pero eso no es un rencor mediático, nos pasa a todos en la vida real. Te acuerdas del día que tus padres no te recogieron en el colegio, pero no de todos los demás que sí lo hicieron durante 13 años. Es parte de la naturaleza humana. Como actor, soy el primero que elijo mis proyectos porque admiro al director o los actores, aunque su vida personal sea un desastre. Pero entiendo que esa objetividad la perdamos cuando hablamos de políticos.
Como actor, también hace campaña cada vez que promociona una película.

Pero gracias a Dios hay límites. Y puedes elegir no promocionar. Alguien a quien admiro mucho, una de las mejores actrices del mundo, Frances McDormand, no lo hace y ganó el Oscar el año pasado. Puedes trabajar y no aparecer tanto en la arena pública. Quizá pueda limitarte un poco, pero puedes seguir trabajando. En política no es una opción.Warren Beatty, amigo de Gary Hart, dijo que para los actores no existía la vida privada, pero para los políticos, sí… O no. ¿Ve similitudes sobre cómo les tratan y juzgan

Ambos estamos bajo un microscopio, pero el alcance es muy diferente. Si vas a comprar una entrada para mi película, solo piensas que te gusta mi trabajo; yo no me voy a encargar de la educación, de cuidar el planeta, los impuestos… El trabajo del líder de un país afecta nuestro día a día. Creo que sí tienen que ser observados más de cerca. Vale, yo estoy promocionando una película y a mí mismo; en algunos niveles hay conexiones con los políticos en términos de marca personal… Yo soy de los que, quizás, más abra partes de mi vida privada, excepto con mis hijos… Pero en política no puedes elegir qué cuentas y qué no. Gary pensó que podía, pero no pudo.¿Alguna vez le ha llamado la política?

Nunca, no me veo en una carrera política. Me involucro en cosas políticas y sociales, como el Global Citizen Festival. Prefiero poner mi energía ahí que detrás de un candidato. Y para meterte en política tienes que tener un intelecto y creatividad… Una vez acudí a una cena con Shimon Peres y me dijo: “Mucha gente cree que los líderes están por encima de la gente, pero no lo están. Un buen líder es el que va delante de la gente, será impopular para la mayoría durante casi todo el tiempo, porque está haciendo cosas que él ve y otros no, y quizá ni lo entiendan”. Tienes que saber manejar mucha impopularidad. Requiere un gran intelecto, perspectiva, creatividad y claridad de visión. No creo que tenga nada de eso.

Por Redacción Gentleman

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