Jaime Beriestain, un interiorista anda por casa

Jaime Beriestain, un interiorista anda por casa

Jaime Beriestain, un interiorista anda por casa

Curioso, inquieto, exigente, disciplinado… son algunas de las características que definen a Jaime Beriestain (Chile, 1969), interiorista y empresario que otorga al buen gusto una definición tan sencilla como “el respeto hacia los demás, la tradición y las normas sociales”. Su espacio ‘Jaime Beriestain Concept Store’ se ha consolidado en Barcelona como un refugio para el arte, música, interiorismo, gastronomía, flores, libros y aromas. “Una prolongación de mi casa”, comenta, donde el diseñador confiesa estar rodeado de muebles que él mismo ha creado junto a muebles comprados en brocantes, materiales naturales, luz natural, muchos libros de fotografía, de interiorismo y de cocina, otra de sus pasiones.

Lo que desde luego no falta son las piezas de arte. “Voy cambiando el ambiente de mi casa según mis ganas y mis últimas adquisiciones. Últimamente sigo el trabajo de Bosco Sodi. Las obras de arte siempre reflejan la personalidad del dueño”. Es precisamente la personalidad lo que le ha llevado a lo largo de su carrera a conseguir un estilo atemporal acogedor, sofisticado y cálido, capaz de recrear ambientes con atmósfera donde lo esencial es que la gente se sienta a gusto. Este es el punto de partida de ‘Concept Store’, “recibir a mis clientes como recibo a mis amigos en casa”.

Ferviente admirador de arquitectos como Oscar Niemeyer y David Chipperfield, artistas como Peter Halley, Josef Albers o James Turrell y los escultores Olafur Eliasson y Nathanael Leberre, Beriestain analiza la sociedad actual como una globalización de la estética. “Hoy en día, gracias a las nuevas tecnologías, hay una gran información sobre casas, hoteles y cualquier tipo de espacio público, tanto en las redes sociales, como en las revistas o la televisión”. Sin embargo, añade, “a raíz de esta gran biblioteca de información, la gente se atreve, exige y arriesga más”.

Beriestain va más allá y se moja al definir los tiempos de ahora como los del interiorismo “para todos los públicos”, sitúa como consecuencia de la democratización de los precios y la reproducción de piezas de diseño. Pero esto no le impide al diseñador recordar el por qué de su profesión, que comenzó con tan solo 19 años. “Me rodeé de profesionales del interiorismo y era fascinante ver cómo se podían transformar los espacios. Además, era necesario trabajar estrechamente con artesanos de todo tipo: tapiceros, marmolistas, carpinteros… El trabajo artesanal despertó en mí un interés y gran curiosidad”. Una ilusión que ha conservado hasta nuestros días, ya que le sigue conmoviendo “ver cómo un diseño en 2D se convierte en algo que puedes tocar y disfrutar”. Tanto es así que “la desaparición gradual que están sufriendo los artesanos, y con ellos, un saber hacer que no podremos recuperar” es una de sus principales preocupaciones, causa por la que lucha y refleja en su sueño personal y profesional: la creación de la escuela de oficios.

Lejos quedan aquellos domingos en Chile con mantel Vichy rojo y blanco, cantidades enormes de comida, pasta caliente y recién hecha por su abuela Sofía, a las que se añadían largas sobremesas con familia y amigos. Pero la esencia de Beriestain y su apuesta por el trabajo bien hecho -“la clave en decoración es seguir un único concepto y no varios porque se entrechocan y crean confusión”- siguen perdurando. Para el recuerdo de esta conversación se sincera sobre su mueble y diseñador favorito. “Me encanta la mesa Table Bleue de Yves Klein y me quedo con Piero Lissoni, sus diseños son atemporales y me apasiona su refinamiento en las proporciones”.

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