El nombre de Kurt Klaus no es para nada desconocido en el mundo de la relojería. Se jubiló hace más de 25 años pero continúa muy vinculado con el sector impartiendo clases y participando en charlas sobre la que es su gran pasión. Incluso es habitual verle de vez en cuando por los pasillos de la sede de IWC, la empresa en la que trabajó durante más de cuatro décadas y para la que desarrolló en los 80 el ya célebre calendario perpetuo.
«Llegué a IWC como un relojero cualquiera. Lo único que quería hacer era fabricar relojes. Después de hacerlo bastante bien en la escuela, me presenté a Albert Pellaton. Pensaba que mis resultados eran excelentes, pero decía: «Un relojero de IWC trabaja con un estándar superior». Era un perfeccionista», recuerda el propio Klaus en una charla con Markus Bühler con motivo de su 90 cumpleaños.
Nació en 1934 en St.Gallen, al este de Suiza, y comenzó su carrera en IWC Schaffhausen en 1957 como relojero en el departamento de servicio. Entre 1970 y 1999, trabajó en el desarrollo y construcción de prototipos para nuevos movimientos y fue durante ese momento en que diseñó el ahora legendario calendario perpetuo. «Lo diseñé todo yo, más o menos. Hice los componentes utilizando un magnífico taladro que teníamos. ¡Apuesto a que ya no existe siquiera!», cuenta Kurt Klaus sobre este proceso a Bühler. «Llegué a amar de verdad esa máquina. ¡Podía utilizarlo para hacer cualquier cosa! Incluso lo utilicé para hacer toda la platina del módulo del primer calendario perpetuo, vamos, ¡para todo! Fresar, taladrar…», añade.
El calendario perpetuo fue su gran logro, pero muchas otras innovaciones de IWC nunca habrían visto la luz sin Kurt Klaus. Participó en el desarrollo de varios movimientos internos nuevos, el mecanismo de atrapante, el módulo de hora mundial y el mediador de profundidad mecánico para los relojes de buceo, entre otros, y cuentan desde la marca que el desarrollo de su reloj Il Destriero Scafusia en 1993 no habría sido posible sin las contribuciones de este ingeniero.
El suizo sigue siendo a sus 90 años un referente entre los amantes de los relojes muy vinculado a la marca en la que desarrolló su labor durante su extensa carrera. «Lo más emocionante para mí es poder ser testigo de la relojería de antes y de ahora y ver cómo IWC sigue desarrollándose año tras año», confiesa Kurt Klaus.