Cuentan sus biógrafos que murió de pena en su apartamento de la avenida Georges Mandel de París la mañana del 16 de septiembre de 1977. Maria Callas (nacida en 1923 en Nueva York, aunque de ascendencia griega) se llevó consigo el secreto de su desgracia y el misterio de una voz que asombró al mundo.
Cuarenta años después de su desaparición, el director ruso Tom Volf se ha propuesto rescatar a la mujer de las garras del mito con el documental ‘Maria by Callas’, que aspira a ser el definitivo y más revelador de cuantos le han dedicado a la prima donna assoluta. Para los 90 minutos de metraje de la película, que se estrena hoy en España, han sido necesarias más de 60 horas de entrevistas y un generoso catálogo de imágenes inéditas.
La admiración de Volf por Callas es relativamente reciente. “En 2013, cuando me trasladé a Nueva York después de haber trabajado en el Théâtre du Châtelet de París, escuché por primera vez su grabación del aria Il dolce suono de Lucia di Lamermoor y experimenté una emoción extremadamente intensa”, cuenta el director en declaraciones a Gentleman.
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“Así que, a lo largo de los tres años siguientes, me dediqué a viajar con la idea de entrevistar a los amigos más cercanos de la diva”. No solo se ganó la confianza de sus allegados, sino que logró recopilar una gran cantidad de material que había permanecido oculto hasta ese momento: películas privadas rodadas en Super-8, grabaciones personales, fotos, cartas… “Sin pretenderlo me convertí en uno de los mayores especialistas en la figura de Maria Callas”, se jacta el cineasta.
EN PRIMERA PERSONA
Desde el principio tuvo claro que el mejor testimonio sobre Callas se lo brindaría la propia Maria. “Quería que fuera ella quien hablara en todo momento y nos revelara sus secretos”. ‘Maria by Callas» arranca con una entrevista de la diva suprema a su paso por el plató de David Frost. “Hay dos personas dentro de mí”, responde la soprano al periodista que llegaría a tumbar a Nixon durante un histórico prime time.
“Me gustaría ser Maria pero también está la Callas con la que tengo que vivir, así que me enfrento a las dos de la mejor manera que sé”. Según Volf, la cantante comenzó sacrificando su vida personal por la ópera y acabó dejándolo todo por un hombre. “Al igual que la Tosca de Puccini, Callas renunció a su vida por amor”, dice el director.
Tras un idilio con el empresario Giovanni Battista Meneghini, casi 30 años mayor que ella, la cantante se entregó en cuerpo y alma a Aristóteles Onassis. A salvo de paparazzi, la pareja consumó su amor a bordo del yate Christina durante una fiesta en alta mar. A partir de entonces, Callas se abonó a los altibajos de una relación en blanco y negro que se movía entre los flashes de las cámaras y la oscura soledad de su apartamento. Sobrevivió a la ruptura a base de antidepresivos y conjuró el dolor que le producían las fotografías de la boda de Onassis y Jackie Kennedy encarnando a las grandes heroínas de la ópera. “Primero perdí mi voz, luego mi figura y por último a Onassis”, llegaría a lamentar.
ROMPECABEZAS RESUELTO
Volf ha invertido seis meses de trabajo en la edición del documental para conseguir que las imágenes hablen por sí solas. “Llegué a pensar que no sería capaz –reconoce–. Tuve que armar un inmenso rompecabezas sin que se viera afectada la voz de la protagonista”. La correspondencia de la diva, que se publica aparte en un monográfico, nos revela sus sentimientos más íntimos. “Las cartas nos ayudan a entender cómo superó el dolor que le produjo Onassis”. Tras una larga ausencia, Callas regresó a los escenarios en 1973 de la mano de Giuseppe di Stefano durante una gira mundial que no hizo sino constatar su declive vocal. Por entonces Onassis acudió a París para reconquistarla, pero entonces Callas lo rechazó.
El documental nos descubre instantes de la vida privada filmados por Grace Kelly o Franco Zeffirelli durante unas vacaciones en barco con Onassis. “Se la ve relajada y dichosa, como una adolescente enamorada”, celebra Volf, que también ha sacada a la luz varias cintas de Super-8 que muestran a la diva haciendo turismo en Italia o jugando apaciblemente en el jardín de su casa.