Barcelona 92. El himno que entonaban la cantante de ópera Montserrat Caballé y el vocalista de Queen Freddie Mercury resonaba por todo el mundo. Un jovencísimo príncipe portaba la bandera de España con orgullo, ante la atenta mirada y los emocionados aplausos de sus padres, los reyes Juan Carlos I y Sofía, su hermana, la infanta Cristina, que recordaban con orgullo su paso por Olimpiadas pasadas.
Los cuatro han participado en unos Juegos Olímpicos: Sofía Roma 60, Juan Carlos en Múnich 72 y Cristina en Seúl 88. Pero quizá la participación más emotiva fue la de Felipe, quien tuvo el honor de representar a España en su propio país. Vestía chaqueta azul marino, pantalón blanco, corbata de rayas rojas y amarillas y sombrero panamá, el mismo uniforme de gala que el resto de sus compañeros deportistas.
Tenía solo 24 años y ya había comenzado a desarrollar su pasión por la vela. Aquellos recuerdos los califica como «imborrables». En un homenaje que se celebró el pasado mes de abril para los deportistas de los Juegos de 1992, declaró que «ser olímpico implica el compromiso con los más altos valores que encarnan el ideal olímpico. Valores como el compañerismo, el juego limpio, la excelencia, el esfuerzo…».
Un deporte como tradición familiar
Aquel año, el comité olímpico español ganó un total de 22 medallas. El equipo del rey compitió en la clase de Soling y quedó en sexto lugar, lo que le permitió alzarse con un diploma olímpico. El emérito, otro gran aficionado a la vela, participó en la clase Dragon Open, habiéndose proclamado en los años anteriores como campeón de España en esta modalidad. Aun así, quedó en 15ª posición de 23 participantes.
En el año 1960, la reina Sofía también participó en unos Juegos, aunque en representación de Grecia: acudió como suplente también en vela. Más tarde, su hija Cristina se convirtió en la primera mujer abanderada del equipo olímpico español. Este mismo año, su hijo Pablo Urdangarín intentó llegar a París con el equipo español, pero el seleccionador le dejó fuera.
Practicar vela es una auténtica tradición entre los Borbones. De hecho, tanto el emérito Juan Carlos como el monarca actual Felipe VI siguen ligados a este deporte. El primero la practica tranquilamente en Sanxenxo mientras que el segundo ha participado en la 41ª Copa del Rey de Vela.