Las vacaciones llegan para todos y el presidente del Gobierno no iba a ser menos. Tras meses en el centro de todos los focos mediáticos, Pedro Sánchez y su mujer Begoña Gómez han escogido un destino donde disfrutar de unos días de relajación cubiertos por el lujo del Palacio de La Mareta, en Lanzarote.
El nombre que recibe se debe a la «preexistencia de un aljibe excavado en el suelo, construcción tradicional conocida en la isla con ese nombre. Ocupa una extensión de terreno de 30.900 metros cuadrados y se encuentra junto al litoral con una orientación sur», tal y como indica el Ministerio de Turismo. Desde 2015 se destina al servicio de los intereses turísticos de España.
Un palacio diseñado cuidadosamente
Esta residencia de lujo ubicada en la localidad de Teguise pertenece al Patrimonio Nacional, pues fue un regalo del Rey Hussein de Jordania al Emérito Juan Carlos I a finales de los años 70. El diseño corrió a cargo del artista lanzaroteño César Manrique, que le otorgó un estilo tradicional canario: paredes blancas y techos planos con ornamentos en forma de cúpula en la chimenea.
Casa-palacio La Mareta. Costa Teguise (Lanzarote). Fernando Higueras, arquitecto (1970).#100x100masterhouses pic.twitter.com/UYoG77Z9Ul
— Francisco Aranguren (@fjaranguren) August 3, 2024
Su arquitectura, además, cuenta con referencias a la época colonial, sobre todo en balcones y miradores de madera. Está conformado por edificios de una y dos plantas construidos en una superficie total de 1.900 metros cuadrados. Cada uno de ellos tiene espacios ajardinados que aumentan la superficie hasta los 9.850 metros cuadrados. Alberga diez bungalós y tiene acceso exclusivo al mar, además de dos piscinas, jardín con lago y un helipuerto.
No es la primera vez que el dirigente español y su familia acuden a este privilegiado oasis durante unas vacaciones, pues ya hicieron lo propio en veranos pasados, así como en Navidad. Durante este periodo de descansa, que promete no ser demasiado largo, Sánchez ha desaparecido casi por completo, dejando también a un lado las redes sociales y utilizándolas solo para felicitar a los deportistas olímpicos.