Lleva más de tres décadas en el negocio de los hoteles y aún conserva el vigor y las ganas de quien comienza su carrera profesional. El joven costarricense que quería ser jugador de baloncesto comenzó a trabajar, como tantos otros jóvenes, en el sector turístico. Un verano que cambiaría su vida. “Apenas tenía 20 años cuando trabajé con mi tío unos meses en un hotel de Costa Rica. Había empezado Arquitectura en la universidad, pero tuve claro que mi vida estaría ligada a los hoteles”, afirma Manrique Rodríguez, actual director general del Hotel InterContinental de Madrid.
De inmediato partió a Suiza, para estudiar en el Centre International de Glion, al cual dice estar “eternamente agradecido por abrirme la posibilidad de trabajar para Intercontinental cuando aún era estudiante”. Caracas, Miami, Texas, São Paulo, Río de Janeiro, Melbourne y por fin Madrid serían sus siguientes destinos a las órdenes de una cadena de cuya historia forma parte indiscutible.
Pese a los duros años de crisis, Rodríguez asegura que la cadena, y particularmente el hotel de Madrid, han superado el bache. “En los últimos siete años hemos aprendido a trabajar mejor, a maximizar nuestros recursos”. Recientemente, el hotel ha renovado seis de sus 16 salas de reunión, en una firme apuesta por su carácter corporativo. “Somos un hotel tradicional. Nuestro aroma es de turismo de negocios”.
Programas tecnológicos como los e-proposal, la elaboración de planos de eventos en 3D o iniciativas empresariales como Meetings & Events Collection o los IHG Business Rewards, marcan la estrategia de la cadena. También, la oferta gastronómica representada en su restaurante El Jardín del InterContinental se han convertido en pieza clave del hotel, con la batuta del Chef Miguel de la Fuente.
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Julia Urgel
De España, y concretamente de Madrid, Rodríguez destaca “la fuerte vinculación que existe con el turismo y la concienciación de que es un sector clave para la economía”. ¿Pero qué hay del futuro ante tanta competencia? “La conclusión que he sacado en todos estos años es que lo importante no es tener muchos clientes, sino que estos vuelvan, para lo cual”, continúa, “tenemos que conocerles como si fuesen de nuestra propia familia”.