Nombres del año X – Deporte: Carlos Alcaraz firma un año histórico

El tenista Carlos Alcaraz.

El tenista Carlos Alcaraz.

Lo difícil no es llegar, sino mantenerse. Nadie como Carlos Alcaraz puede confirmar el sentido completo de este cliché deportivo que parecía destinado a rellenar los mensajes felices de las tazas de loza: fue el tenista más joven en alcanzar el número 1 del mundo en la historia de la ATP, en 2002 con 19 años y 18 semanas, y tres años después ha terminado 2025 como primero del ranking tenístico de nuevo, consolidando su descomunal talento, domando el genio desbocado de un chaval que tiene que lidiar con un peso inédito de dimensiones casi míticas, que no todo el mundo está preparado para soportar.

El jovencísimo tenista murciano (El Palmar, 2003) se ha topado sin pedirlo, en pleno desarrollo de su crecimiento competitivo, con la retirada del mejor deportista español de todos los tiempos, Rafael Nadal. Esa circunstancia, una coincidencia del destino, ha significado una presión añadida que Alcaraz está sabiendo gestionar con entereza y sin perder un estilo propio que está causando furor en las pistas del circuito profesional. La comparación no le afecta, le hace más fuerte.

En el primer año post Nadal, Alcaraz ha ganado más títulos ATP que nadie (ocho), alcanzó nueve finales de torneos consecutivos, un hito casi sobrenatural, y triunfó en dos inolvidables Grand Slam: el segundo Roland Garros y un nuevo Open USA para un palmarés en el que ya solo falta el Abierto de Australia. Además, ha consolidado un enfrentamiento personal por todo lo alto con el italiano Jannick Sinner que puede suponer un nuevo impulso para el tenis tras el final de la era del Big Three, con la retirada de Federer y Nadal, y la dificultad lógica de Djokovic de mantener el nivel excelso de estos lustros inolvidables.

La final de París, la más larga de la historia en el año del homenaje a Nadal, fue un monumento al deporte, con una remontada gloriosa sobre su rival, que iba dos sets por delante y desaprovechó su punto de partido. La resiliencia de Alcaraz, que volvió a ganar a Sinner en Nueva York, recuperándose del golpe que supuso caer derrotado contra él en Wimbledon, es un triunfo moral más que añadir a un año inolvidable, que solo un tenista tan completo, que aúna un carácter rebelde con un aura jovial, puede repetir.

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