El Premio Princesa de Asturias de las Artes ha recaído en esta décima edición en Joan Manuel Serrat. «Trasciende la música y se hace referente cívico, sumando a las letras de sus canciones la fuerza del himno colectivo con voluntad universal», señaló el jurado el pasado mes de abril cuando dio a conocer su veredicto.
El cantautor de 80 años, quien se retiró de los escenarios en el 2022 después de más de cinco décadas de trayectoria musical, ha viajado hasta Oviedo para asistir a la ceremonia de entrega de estos galardones en la que también se ha reconocido la labor de otros personajes públicos de diferentes áreas como la jugadora de badminton Carolina Marín, –premio del deporte de este 2024– y ha recibido de manos de la princesa Leonor este homenaje a su carrera.
Vestido de riguroso negro con traje, camisa y corbata en la que aparecía estampado un colibrí, Serrat ha llegado al Teatro Campoamor de Oviedo acompañado de su pareja desde hace más de 40 años, Candela Tiffón; de dos de sus hijas, María y Candela, así como del marido de esta última, el actor Dani Muriel.
Tampoco ha faltado a la gala el matrimonio de artistas formado por Ana Belén y Victor Manuel, ambos grandes amigos del autor de temas como Mediterráneo.
El discurso de Joan Manuel Serrat tras recibir el premio Princesa de Asturias
«Soy un señor mayor tirando a viejo. Vengo de una familia humilde. En el camino fue encontrando las razones para tirar adelante, hasta llegar aquí. Soy una persona que se alegra mucho de la vida, que se siente querida, respetada, al que le gusta el oficio al que dedicó la vida: escribir canciones«, ha empezado diciendo Joan Manuel Serrat en su discurso de agradecimiento por el Premio Princesa de Asturias justo después de recordar que comenzó de muy joven trabajando en empleos eventuales antes de poder labrarse un futuro en su pasión que era la música.
El artista ha querido a su paso por el atril lanzar un mensaje de paz y de empatía en lo que él ha calificado como un «mundo hostil» en el que todo tiene un precio. «Les confieso que no estoy a gusto con el tiempo que me tocó vivir recientemente. Es contaminado, insolidario, los valores solidarios han sido sustituidos por los del mercado (…). No me conformo con ver los sueños varaos en otras orillas»
«Este oficio me sirvió para comunicarme con los demás. Lo que soy capaz de contar viene de la observación, de escuchar, oír. Soy partidario de las vidas propias y ajenas. Prefiero los caminos a las fronteras, el instinto a la fuerza«, ha señalado Serrat, añadiendo que se considera «un alma instintiva y emotiva» que cree «en la tolerancia, en el respeto al derecho ajeno, en el diálogo, en la libertad, en la justicia y en la democracia» porque «o van de la mano o no van».
Las últimas palabras de Joan Manuel Serrat han ido dedicadas a su familia, quien las ha escuchado emocionadas desde el público. «Espero no haber llegado hasta aquí sin ser agradecido con mis semejantes. Quiero agradecerlo, a mi mujer mi compañera, que ha sido tan generosa de dejarme vivir su vida; mi familia, mis padres, y mis hijos que son mi mayor orgullo».
«Casi 60 años han hecho mías sus canciones y a quienes se alegran de quienes yo esté aquí hoy. A mí me gusta cantar y no les doy otra manera de dar las gracias que cantando«,ha terminado diciendo el catalán, quien para cerrar su intervención ha sorprendido a los presentes interpretando uno de sus temas más queridos, Aquellas pequeñas cosas, acompañado de una violinista.