Desde principios de los años 90 Bodegas Arzuaga Navarro lleva construyendo una historia de excelencia. La pasión por el trabajo bien hecho y el cuidado que ofrecen al entorno natural hacen de esta familia un referente del sector vinícola en la región vallisoletana. La bodega cuenta con 210 hectáreas de viñedo, distribuidas entre las estancias del edificio y el espacio natural de la finca La Planta. Sus exquisitos vinos son resultado de unos viñedos que ofrecen unos rendimientos limitados y de unas condiciones climáticas -sol durante el día y noches frescas y húmedas- que hacen de la maduración un proceso lento y perfecto.
Ubicadas en la localidad de Quintanilla de Onésimo, Bodegas Arzuaga Navarro presume de una situación privilegiada en la Denominación de Origen Ribera del Duero. La bodega está construida en piedra y cuenta con referencias monacales -sus amplias arcadas, torres a los lados y un campanario coronado por la veleta de los vientos- y su interior está realizado en madera de olmo.
El visitante puede disfrutar de una ruta del bienestar en una de sus instalaciones más especiales, el Hotel & Spa Arzuaga (Cinco Estrellas), ubicado al pie de la bodega como parte de un proyecto enoturístico en el que descubrir un mundo de sensaciones en torno al vino.
Mimar el entorno
El cuidado de la naturaleza es parte fundamental para que la elaboración del vino resulte en ejemplares excepcionales. Esta atención al entorno de la familia Arzuaga se transmite en la geometría de sus viñas, rodeadas de sabinas, encinas y pinos mediterráneos. Durante la vendimia, la uva es recogida a mano en cajas de 15 kg, evitando de este modo la rotura de los granos y las consiguientes fermentaciones prematuras. El despalillado, la selección y la posterior fermentación en depósitos de acero inoxidable completan el proceso previo a la entrada del vino en barrica. Aquí envejece obteniendo toques ahumados y especiados al entrar en contacto con el roble francés y americano.
Placer para los sentidos
Durante su alojamiento en el hotel, el visitante puede relajarse en el spa y disfrutar de tratamientos de vinoterapia rodeado un paisaje de viñedos. Dentro de la bodega se puede realizar visitas, catar sus vinos y disfrutar del entorno natural de la finca La Planta, en el que pasear entre ciervos, jabalíes y muflones. La Planta cuenta con más de 100 hectáreas de viñedo a 911 metros de altitud y está situada a unos ocho kilómetros de la bodega, con más de 1400 hectáreas de terreno.
Además, la bodega cuenta con un restaurante propio, Taller (1 estrella Michelin), donde ofrecen platos elaborados a partir de la gastronomía de kilómetro cero y una cocina ribereña tradicional con una amplia carta de carnes y pescados. Su especialidad es el lechazo asado y el pincho de lechazo y mantiene además, desde 2019, dos menús degustación que llevan al comensal a disfrutar de la cocina peruana de la mano del chef Víctor Gutiérrez.