La bodega Castelo de Medina, que cuenta con más de 180 hectáreas de viñedo propio en el término municipal de Villaverde de Medina (Valladolid), lanza una nueva añada de su buque insignia. Un vino, Castelo de Medina Verdejo, que goza de excelentes puntuaciones en las principales guías especializadas de España y de numerosos premios a su calidad.
La añada 2017 recibió, sin ir más lejos, seis medallas de oro, siete de plata y tres de bronce en los principales certámenes nacionales e internacionales (entre ellos, los Decanter World Wine Awards y la International Wine & Spirits Competition en Reino Unido, los premios Bacchus en España, la Hong Kong International Wine & Spirit Competition o los Sakura Awards en Japón) y ha sido elegido como Mejor Verdejo del Mundo en 2014, 2016 y 2017 por parte de la Asociación Mundial de Periodistas de Vinos y Licores (WAWWJ), además de Mejor Vino Blanco de España en 2014 por parte de la misma entidad.
La nueva añada de Castelo de Medina Verdejo es el resultado de un año muy favorable en lo climatológico, especialmente en la zona donde se ubica el viñedo en el que nace. Una zona que conjuga la severidad del clima continental propio de la meseta castellana con la influencia de la proximidad del río Duero, favoreciendo grandes contrastes térmicos que en la época de maduración aportan a la uva cualidades únicas.
Fruto de un invierno frío, una primavera muy lluviosa y de unos meses de verano en los que se registraron temperaturas muy altas durante el día, que contrastaron con las de la noche, en 2018 se obtuvo una uva de una excelente calidad, que fue recogida en septiembre. Una calidad que se ha visto reforzada por un minucioso proceso en el que cada parcela se elabora por separado utilizando levaduras autóctonas para después realizar el coupage del que surge esta icónica referencia.
Castelo de Medina Verdejo 2018 conjuga la frescura y la ligereza propias de un vino joven con una gran carga aromática, un buen peso frutal en boca y un largo postgusto, poco habitual en los blancos de la zona. A la vista presenta un color amarillo pajizo, con reflejos verdosos, limpios y brillantes que alegran la copa. En nariz es potente, elegante y fresco. Se aprecian aromas a hierba recién cortada, heno, hinojo y manzana y notas anisadas. En boca es amplio, elegante, bien estructurado y equilibrado, con un ligero amargor final propio de la variedad. En retronasal es muy persistente, desvelando un gran cuerpo y un largo postgusto. Es el vino ideal para estos días que empiezan a alargarse, invitando a salir y a disfrutar de un buen blanco fresco y con carácter