En el 2025 Cervezas Alhambra alcanzará su centenario. 100 años de historia que desde la marca ya han querido empezar a celebrar rindiendo su particular homenaje a Andalucía, la región que la ha visto nacer y crecer. Por eso las nuevas creaciones que acaban de presentar han tenido como inspiración los ingredientes más inesperados de su tierra y con ellos se han elaborado tres recetas sorprendentes de edición limitada que están repletas de matices.
En este caso los protagonistas son componentes propios del sur de España como son el azahar, la salicornia y la matalahúva, que son justo los que dan nombre a cada uno de los botellines de 50 cl que forman parte de la serie conocida como Numeradas con las que un año más han querido sorprender desde la firma.
Azahar, Salicornia y Matalahúva: las cervezas numeradas de Alhambra
Los maestros cerveceros de Alhambra han apostado para esta edición por ingredientes que no conviven en ninguna otra parte del mundo para así dar forma a tres creaciones experimentales que están concebidos para ser disfrutados sin prisas.
Azahar está pensada para el momento del aperitivo y se inspira en las cervezas witbier de trigo belga, con una cuidadosa selección de cáscaras de naranja dulce y amarga, y sutiles matices que aportan los aromas de azahar y cilantro.
Matalahúva, por su parte, se recomienda para probar al inicio de una prometedora noche temporada dado que es una versión con personalidad de una ale con perfil maltoso, con canela, anís matalahúva y recuerdos de vainilla.
La tercera de estas cervezas de edición limitada es la llamada Salicornia. Es tipo Goose –estilo ale alemán con sal y trigo–, ligeramente afrutada y de color rojizo, por lo que resulta ideal para una sobremesa según recomiendan desde el sello cervecero nacido en 1925.
Las Numeradas es la serie con la que desde hace cuatro años Cervezas Alhambraa aprovecha para experimentar y buscar sabores irrepetibles presentando una experiencia única. Primero lo hizo con Jerez, cervezas envejecidas en barricas que habían contenido vinos de Jerez; después con el cacao, ya que trató de explorar este inesperado para aportar otra personalidad a sus bebidas; y en tercer lugar se inspiró en los aromas y sabores de la ciudad de Granada para tratar de llevar a producto el florecer de la Alpujarra, los jardines del Generalife y los patios escondidos del Albaicín.