El azul es arquitectura y es naturaleza, es hielo y es Islandia. El azul relaja, representa el misterio del crepúsculo, de las profundidades marinas. Es el momento antes de que oscurezca y era el tono usado por los pescadores para pintar las persianas y puertas de sus humildes casas. El azul forma parte de todo, y en las colecciones de Gandíablasco no es una excepción. Las tonalidades elegidas para los distintos diseños de mobiliario de exterior de la marca son el gris azulado, el azul grisáceo y el antracita. Tres opciones que encajan con la línea sobria y elegante que la caracteriza.
La colección ‘DNA’ en antracita diseñada por el presidente y director creativo de Gandiablasco Group, José. A Gandía-Blasco Canales, es un ejemplo de sobriedad, lo mismo sucede con ‘Timeless’. El azul grisáceo también forma parte de la colección ‘Solanas’, diseñada por Daniel Germani, director creativo de la marca Gandiablasco.
Del azul grisáceo vira al gris azulado en busca de profundidad. Las butacas, sillones, tumbonas y mesas apilables de la colección de mobiliario de exterior ‘Stack’, diseñada por Borja García para Gandíablasco, son perfectas para proyectos ‘contract’ e instalaciones. Sus estructuras claras y sinceras configuran piezas equilibradas, logrando una construcción sencilla de gran ligereza y confort.
En ‘Textile’, la colección diseñada por Ana Llobet, inspirada en el mundo de la moda, los característicos cosidos de los sillones y mesas auxiliares se tiñen de un azul vivo que en combinación con el blanco nos recuerda al mundo marino y al verano.
