Entre los grandes clásicos de la gastronomía española encontramos el famoso carajillo, que está comenzando a convertirse en una de las recetas más valoradas en Estados Unidos gracias a Licor 43. La reinterpretación que hace la marca de esta tradicional bebida lo ha posicionado como el “nuevo cóctel clásico” de más rápido crecimiento en el país.
Gracias a la nueva versión de Licor 43, más moderna y refrescante, la marca española ha aumentado su presencia en este mercado un 45% en el último año y más del 250% en los últimos cuatro años, según la plataforma especializada Datassential. Así lo asegura también Moisés López, chef del restaurante Tobalá (Guía MICHELIN), en el Bronx, pues afirma haber vivido en primera persona el boom de esta bebida. “Muchos latinos lo conocen de sus países de origen, pero también ha ganado popularidad entre los estadounidenses que buscan experiencias nuevas y visualmente atractivas”.
El éxito de la reinterpretación de este cóctel de sobremesa español está en su sencillez, pues se compone sólo de tres ingredientes: Licor 43, café expreso y hielos, todo ello agitado en coctelera. Con ello logra fusionar el dulzor del licor con un toque amargo de café, logrando un contraste de sabores que está conquistando a todo el planeta.
El carajillo ha dado el salto a Estados Unidos desde México, donde arrasa desde 2011. Preparado con Licor 43, es la bebida de sobremesa número 1 con un 65% de cuota de consumo según datos de la ISCAM. “En México, el Carajillo 43 es casi omnipresente, parte de su cultura. Allí cuando pides un carajillo se sobreentiende que es con Licor 43”, explica Moisés López. En ciudades como Nueva York, la amplia comunidad mexicana ha ayudado a popularizar este cóctel.
De origen español, el carajillo es una bebida tradicionalmente asociada a la sobremesa. Ahora, vuelve modernizada a España de la mano de Licor 43, que la ha elevado con un toque de sofisticación, para repetir en casa el éxito de otros mercados enormes como México, Brasil y Estados Unidos. Con Carajillo 43, la empresa afincada en Cartagena (Murcia) “reinventa el tradicional carajillo a través de una sorprendente propuesta, más moderna y refrescante, llevándonos a un nuevo concepto de sobremesa, más sofisticada, y donde la coctelería gana relevancia”, explican.