Dicen en la casa que el Sport SV es el más potente y dinámico Range Rover fabricado hasta ahora. Lo confirma Adam Constable, director de Estrategia de Rang Rover, es decir, el encargado, nada más y nada menos, de definir los pasos que debe dar la marca para seguir creciendo en el futuro y continuar encarnando, como viene haciendo, lo que denominan el “lujo moderno”. Constable lleva algo más de cuatro años en Range Rover, tras casi dos décadas en marcas como Aston Martin y Prodrive. Él tiene, por tanto, gran parte de responsabilidad en que hoy estemos aquí, en la presentación internacional de ese prodigio tecnológico y de diseño que es el Sport SV y de cuyo lanzamiento, no lo oculta, se siente “especialmente orgulloso”.
Para demostrar esas características que hacen del Range Rover Sport SV un producto tan especial, en la marca han diseñado un exigente programa que incluye su conducción no solo en carretera y caminos rurales, también ascensos por rocas escarpadas –literalmente–; audaces pruebas de estabilidad sobre promontorios vetados para cualquier otro vehículo e incluso series de entrenamiento en el circuito de Portimão, sede habitual del Gran Premio de Portugal del Campeonato Mundial de Fórmula 1, que recorremos con picos de velocidad superiores a los 250 km/h y dibujando curvas imposibles –incluso los conductores menos avezados– para un automóvil de estas características, que incluyen un peso de dos toneladas y media, una longitud de casi cinco metros y una altura de 1,81. El rendimiento, espectacular, demuestra no solo la versatilidad del modelo, que por supuesto, sino la eficiencia de uno de sus avances técnicos más audaces: la suspensión neumática 6D Dynamics, pionera en el mundo, con control de balanceo y cabeceo, que garantiza una postura casi nivelada durante la aceleración, el frenado y el giro bruscos. Prueba conseguida.
Pero la dimensión de lo que Range Rover ha conseguido con este Sport SV va mucho más allá. Equipado con un motor Mild-Hybrid (por tanto, con etiqueta ECO) V8 biturbo con 635 CV, alcanza los 290 km/h de velocidad y puede acelerar de 0 a 100 en tan solo 3,8 segundos (60 CV más que la anterior generación y, por cierto, un 15% menos de emisiones de CO2). Y en ello tiene mucho que ver una combinación de características que permiten un ahorro de peso de hasta 76 kilos, entre ellas, la opción, por primera vez en un vehículo fabricado en serie, de una llanta de carbono de 23 pulgadas.
Dice Constable que el Sport SV resume a la perfección ese “lujo moderno” que abandera Range Rover –su precio, de más de 230.000 euros, es una pista– y en el que se mezclan ingredientes como la trayectoria de la marca, la confianza, la sofisticación, el uso de materiales nobles, un diseño minimalista, una forma de hacer y, por qué no, la apuesta por una progresiva electrificación de la marca, que aspira a ser 100% eléctrica en 2030.
Y a todo ello hay que añadir, en el caso del Sport SV, una evidente apuesta por el confort cercana al más exclusivo hedonismo: la introducción del Body and Soul Seat (BASS), una experiencia de audio multidimensional con beneficios para el bienestar que permite a los ocupantes delanteros sentir el sonido, gracias a un software de inteligencia artificial alineado con los respaldos de los asientos. Efectivamente, otra dimensión.