Navidad es una época que muchos aprovechan descubrir nuevos lugares. Hay quien opta por trasladarse a un paraíso tropical para así huir del frío, aunque la mayoría sigue prefiriendo un destino cubierto de nieve donde se pueda sentir la esencia tradicional de estas fiestas. Y es que hay muchos rincones de Europa que no dejan de recibir visitas al final de cada año por sus mercados, sus decoraciones y los planes que ofertan a los turistas. En concreto hay una ciudad que se ha convertido en la favorita para una escapada invernal y esa es Rovaniemi.
Según Waynabox, la empresa que organiza viajes sorpresa, esta ciudad situada en el círculo polar ártico es la más demandada. Especialmente entre quienes buscan una experiencia mágica y auténtica ya que allí se puede visitar la aldea oficial de Santa Claus y es un enclave excelente para admirar la aurora boreal y disfrutar de safaris en trineos tirados por renos o huskies.
«Durante todo el año hay decoración navideña en el Santa Claus Village, pero evidentemente en diciembre es cuando se vive con mayor ilusión, tanto por parte de niños y mayores», argumenta Jordi Agustí, CEO de Waynabox, quien recomienda completar la experiencia en esta ciudad de Finlandia con una visita al zoológico de Zanua con animales árticos y una excursión a las cascadas heladas de Korouma.
Este mismo informe elaborado por Waynabox señala otros rincones que generan gran interés cuando se acerca la Navidad. Uno de ellos es Viena, la cual se transforman cada año por estas fechas en un escenario lleno de luces de colores en el que no falta un popular mercadillo en la Rathausplatz, plaza en la que además se puede patinar sobre hielo.
Otro destino a tener en cuenta es Estrasburgo. Esta ciudad alsaciana parece salida de un cuento navideño debido a que organiza uno de los mayores y más antiguos mercados ambulantes de Europa que lleva celebrándose desde 1570 y cada año recibe más de 2 millones de visitantes.
Praga, en la República Checa, también aparece en esta lista como uno de los lugares más demandados para celebrar las fiestas. Su arquitectura gótica y renacentista se ve envuelta por unos días en un ambiente festivo en el que no falta ni un gigantesco árbol de Navidad de miles de luces y un mercado navideño repleto de puestos de artesanía en la Plaza de la Ciudad Vieja. Asistir a un concierto de villancicos en la iglesia de San Nicolás o en la Ópera Estatal y probar el trdelník, un delicioso pastel de masa dulce espolvoreado con azúcar y canela son las tareas que se recomiendan a los visitantes.
Sorprende que Waynabox cierre su particular lista de recomendaciones proponiendo una escapada a Tallin. Esta ciudad quizá no tiene la fama de las anteriormente mencionadas pero en ella se puede formar parte de la misma estampa navideña con un manto de nieve que lo cubre todo, incluso el centro histórico en el que se monta un mercadillo y se llena de decoración propia de estas fechas.