Ferrari acaba de presentar el que probablemente es uno de los modelos más exclusivos de su historia, el F80. Solo se producirá en una serie limitada de 799 ejemplares –los cuales ya han sido vendidos por 3,6 millones de euros cada uno de ellos– y es una nueva referencia en términos de innovación y excelencia técnica ya que se trata del coche más potente creado por la compañía.
Tiene la capacidad de acelerar de 0-100 km/h en tan solo 2,15 segundos, logrando el 0-200 en 5,75 segundos y alcanzando una velocidad máxima de 350 km por hora gracias a que combina 900 CV de potencia térmica erogados por el motor V6 turbo de 3.0 litros, con tres motores eléctricos que juntos suman otros 300 CV, permitiendo que este V6 híbrido ofrezca 1.200 CV totales de potencia.
Su sistema de propulsión se ve reforzada por la inclusión de un turbo eléctrico (e-turbo), por primera vez en un Ferrari, que, gracias al motor eléctrico situado entre cada una de las turbinas y el compresor, consigue una potencia específica muy elevada y una respuesta inmediata a bajas revoluciones.
Este supercar aspira a representar la excelencia absoluta para un auto con motor de combustión interna y utiliza las soluciones tecnológicas más avanzadas para llevar su propulsor a un nivel inimitable.
Su arquitectura está diseñada para alcanzar el máximo rendimiento: desde el chasis de fibra de carbono hasta la aerodinámica, pasando por su nueva suspensión activa diseñada para extraer el máximo rendimiento durante su manejo en circuito.
Las prestaciones se ven acentuadas por la suspensión activa que participa directamente en el desarrollo del efecto suelo, el eje delantero eléctrico que permite la tracción a las cuatro ruedas para aprovechar al máximo el par y la potencia, y los nuevos frenos con tecnología CCM-R Plus derivada del mundo de la competición.
Su estética es de fuerte impacto futurista y una evidente referencia a la industria aeroespacial ya que su arquitectura se caracteriza por una sección en diedro con dos soportes muy sólidos en las ruedas y en la vista lateral se acentúa la musculatura de toda la aleta trasera. En cambio, efectos más arquitectónicos caracterizan el soporte delantero, con una especie de panel en relieve que actúa como prolongación del paso de rueda, en un homenaje a los códigos estilísticos del F40.
La carrocería del F80 es totalmente nueva y está fabricada en fibra de carbono utilizando tecnología procedente del automovilismo y la Fórmula 1, y el capó delantero incorpora un S-Duct, un elemento fijo que integra las dos aletas delanteras.
Un interior propio de la Fórmula 1
Su arquitectura se ha querido asemejar al máximo a los monoplazas de la Fórmula 1, lo cual resulta evidente al haberse creado un habitáculo cónico orientado al conductor pero que al mismo tiempo garantice espacio para el pasajero. Esta elección es fundamental en términos de eficiencia aerodinámica y reducción de peso por lo que es perfectamente coherente con el mundo de las carreras, de las cuales el auto toma su inspiración y sus soluciones técnicas.
De las compactas proporciones del interior hay que destacar que el vehículo está equipado con un nuevo volante especialmente desarrollado, unos 14 mm más estrecho que su predecesor y con una forma redondeada en la parte superior e inferior que aumenta la visibilidad y el tacto deportivo para facilitar el agarre de las manos. Además, vuelven los botones físicos de los radios derecho e izquierdo del volante para sustituir la arquitectura totalmente digital que Ferrari ha estado usando en los últimos años para una mayor facilidad de uso.
Este diseño entra a formar parte del singular escaparate de Supercars de Ferrari en el que figuran también el GTO, el F40 y el LaFerrari, otros iconos de la Casa de Maranello.