Desde fuera, asusta tanta responsabilidad. Porque dicen que sobre la figura del maestro ronero, que no es contratado, sino nombrado, descansa el futuro del nombre de Ron Brugal. Desde 2010, cuando con 26 años se convirtió en la maestra ronera más joven del mundo, esa carga la soporta, y la disfruta, Jassil Villanueva. Digamos, para ser justos, que no es la única, hay más maestros roneros en Brugal con diferentes destinos y responsabilidades, pero ella es, precisamente, la que lidera el equipo de líquidos y la responsable, además, de desarrollo e innovaciones. Así que, sí, el sabor de todas y cada una de las botellas de Ron Brugal que llegan al mercado tiene mucho que ver con su trabajo.
Por cierto, hablando de innovación, uno de los últimos lanzamientos de Ron Brugal es la Colección Visionaria Edición 01, un ron ultrapremium elaborado por Villanueva con una innovadora técnica: la barrica ha sido aromatizada previamente con el tostado de cacao 100% natural de la República Dominicana. “Nos hace muy felices aportar nuevas herramientas para las generaciones del futuro”, afirma la maestra ronera, que anuncia nuevas entregas de esta colección.
Jassil Villanueva pertenece a la quinta generación de Brugal –ser miembro de la familia es requisito imprescindible, aunque no único, ni mucho menos, para ser elegido maestro ronero–. Es decir, es tataranieta del fundador, Andrés Brugal, un catalán de Sitges que emigró a Cuba, aprendió el arte de elaborar ron y se afincó luego en República Dominicana, donde fundó, en Puerto Plata, la empresa que hoy se conoce como Brugal en 1888 –año que da nombre a uno de los rones más apreciados de la destilería–. Como si de cerrar el círculo se tratara, España, en donde la firma aterrizó hace algo más de una década, se ha convertido en su principal mercado exterior.
El padre de Jassil Villanueva ha trabajado durante más de 30 años en la empresa; así que ella aún recuerda acompañarle siendo aún una niña a la destilería y mirar asombrada el tamaño de las barricas o el proceso de elaboración y embotellado del ron. La semilla, claro, estaba puesta; pero convertirse en maestra ronera a esa edad y siendo mujer no fue un camino de rosas. “Muchas, muchas”, contesta cuando es preguntada por las miradas de desconfianza que se posaban entonces en ella. Aunque las cosas, dicen, han cambiado. “Es un trabajo que me apasiona. Me siento sumamente orgullosa no solamente de representar a la familia, sino también a mi país, y de poder hablar de ron como mujer y de hacerlo desde el rol que tengo, que me da la oportunidad no solo de desarrollar los líquidos, sino también de ver cómo los consumidores disfrutan de ellos, que es lo más gratificante”.
De entre todos los factores que intervienen en la elaboración de un ron, Villanueva, en el caso de Brugal, concede especial importancia a la madera. “Producimos un alcohol neutro –explica– para que cada una de las notas vengan dadas de la madera. Y mi trabajo como maestra ronera es conseguir conjugar adecuadamente esas barricas, cada una de ellas con personalidad y vida propias, para que las notas y los sabores sean persistentes en el tiempo”. Para enganchar a los neófitos, Villanueva, que destaca el olfato como una de sus principales virtudes, recomienda empezar con un Brugal Extra Viejo, que se utiliza principalmente para mezclar, y pasar luego a un 1888, una de las joyas de la corona, doblemente añejado, “que tiene la madera, las notas dulces y la complejidad que ayudarán al paladar a entender la dimensión de un bueno ron”.