Los lujos del Castillo de Balmoral que por primera vez abre sus puertas al público

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El castillo de Balmoral.

De manera limitada desde el 1 de julio hasta el 4 de agosto, el castillo de Balmoral estará abierto al público. Fue Carlos III quien decidió hace unos meses que iba a dejar que por primera vez en sus casi 200 años de historia esta estancia real reciba visitantes.

Las condiciones para la visita son, eso sí, muy exigentes ya que solo será durante las fechas mencionadas –el rey y la reina desean disponer de esta residencia para sus vacaciones de verano– y habrá en ellas un aforo máximo de 40 personas por día. Las entradas se agotaron en menos de 24 horas cuando salieron a la venta por un precio de 100 libras o 150 libras si se desea aprovechar la visita para degustar en uno de los salones el tradicional té inglés con una selección de bollos, sandwiches y pastas.

Esta noticia ha tenido una gran acogida entre los turistas ya que hasta ahora solo se tenía acceso a los jardines, mientras que ahora se podrá visitar el conocido como «corredor rojo», el salón de baile e incluso se podrá contemplar una colección privada de acuarelas del rey así como una selección de prendas que pertenecieron a diferentes miembros de la familia real.

El recorrido también incluye el vestíbulo de los pajes, el alojamiento del personal masculino; el vestíbulo de Finch, el lugar en el que residen las mujeres que trabajan en el castillo; y el salón formal, el rincón de la casa en el que la reina Isabel II nombró a primera ministra a Liz Truss en septiembre de 2022 días antes de fallecer, un espacio situado en el salón formal del castillo decorado en tonos verdes con alfombra sofás, silla con estampado de hojas y pinturas colgadas en las paredes.

«Verá por qué Balmoral es un lugar tan especial: el muy querido y célebre hogar de la familia real en las Highlands«, explican desde la página web del conocido Castillo de Balmoral.

Balmoral, el lugar de retiro de la familia real británica

Fue en 1852 cuando el príncipe Alberto adquirió para su esposa, la reina Victoria, este imponente castillo situado en el concejo de Aberdeenshire, la puerta de las Highlands escocesas. En un principio se consideraba que era demasiado pequeño por lo que se remodeló con con granito de las canteras de Glen Gelder Neighbouring y así es como se han seguido haciendo las mejoras de la propiedad a lo largo de los años.

Ocupa una superficie total de 20.000 hectáreas de terreno y es el lugar de trabajo de muchos locales ya que 50 personas trabajan a tiempo completo, mientras que casi un centenar son contratadas a tiempo parcial para mantener el sector agrícola de la finca en particular y cuando la familia real británica se instala unos días. Y es que hay que recordar que este fue siempre un lugar de refugio para la reina Isabel II, quien utilizaba el palacio de Buckingham a modo de oficina y el castillo de Windsor como lugar para sus escapadas de fin de semana, mientras que en Balmoral tenía su espacio preferido para disfrutar de las vacaciones de verano.

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El castillo de Balmoral.

«Es un sitio encantador para la abuela y el abuelo y para que nosotros vayamos a verlos allí, donde tienes espacio para respirar y correr», confesó hace años la princesa Eugenia de York sobre el castillo de Balmoral, el lugar preferido por la reina Isabel II, quien cada año pasaba revista a los soldados que guardan el castillo, asistía a los juegos de Braemar Gathering, organizaba el tradicional baile Ghillies Ball y asistía a la misa de cada domingo en la iglesia de Crathie. Una rutina que repetía cada verano hasta su muerte, la cual se produjo en esas mismas paredes el 8 de septiembre de 2022.

Era ese el espacio en el que se mostraba más relajada la reina y por sus jardines y su interior decorado con históricas pertenencias reales han desfilado mandatarios como Nicolas II de Rusia, Margaret Thatcher o Tony Blair, quien en sus memorias relató que en el castillo de Balmoral el príncipe Felipe solía agasajar a sus invitados con una barbacoa que preparaba él mismo y era la propia reina Isabel II quien fregaba los platos tras la cena. «Pensarán que bromeo, pero es cierto«, escribió el que fuera primer ministro británico al respecto.

Se da la casualidad además de que el Castillo de Balmoral fue, además, el lugar de nacimiento de Victoria Eugenia de Battenberg en 1887, nieta de la Reina Victoria, quien posteriormente pasó a ser reina consorte de España tras su matrimonio con el rey Alfonso XIII.

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