En el lado positivo hay que poner el café, que bien merece por sí solo ir hasta el mostrador donde nos atienden. El café Segafredo mantiene el tipo con mucha dignidad, con un sabor y calidad más agradable que lo que encontramos en la mayoría de los bares, aunque se llamen cafetería. El vaso de papel desechable no es lo más agradable que podíamos poner en nuestros labios, pero el producto justifica la acción.
El McMuffin con bacon y huevo es la mejor opción, porque los croissants y las magdalenas no llegan a las expectativas que transmiten sus fotos. ¿Salchichas y huevo? Estoy seguro que no voy a repetir. ¿Y si dudamos? Pues tostada con aceite, que el producto mantiene la calidad.
Puestos a mejorar el aspecto de nuestra bandeja, cualquier opción menos el zumo. El yogurt griego con frutas del bosque, que sabe cómo el de Danone, es la mejor opción por 1 euro. Puede gustar o no, pero creo que estos desayunos me van a salvar alguna mañana en las que es mejor no encender la cafetera de casa.