Un nuevo y lujoso hotel acaba de abrir sus puertas en la capital hispalense. Se trata de Mercer Plaza Sevilla, el segundo hotel de la cadena en la ciudad, con el que refuerza su presencia en la zona y continúa consolidando su marca. Dispone de 25 habitaciones y suites equipadas con todo lo necesario para hacer de nuestra estancia una experiencia única.
Una de las grandes ventajas de esta nueva apertura de Mercer Hoteles es su magnífica ubicación. Está situado en la plaza de San Francisco, frente a la fachada plateresca del Ayuntamiento, la ubicación ideal para disfrutar de la ciudad y los maravillosos tesoros que nos ofrece; la opción perfecta para todo turista.
En palabras de Pedro Molina, CEO y fundador de Mercer Hoteles, “Tras nuestra experiencia de casi una década con Mercer Sevilla, en la Casa Palacio Castelar, seguimos apostando por esta ciudad –que sigue teniendo un gran potencial– y por atraer al viajero que demanda una hospitalidad y servicios de calidad. Mercer Plaza Sevilla, seguirá la estela de nuestro primer establecimiento aquí, que se ha convertido en un referente internacional, un destino en sí mismo”.
Mercer Plaza Sevilla no escatima en la calidad de sus servicios. Para empezar, ofrece unas maravillosas vistas a la ciudad desde su gran terraza en la azotea, con solárium y zona de baños. Cuenta, además, con una segunda terraza que acoge un bar con vistas a la Catedral y a la Giralda. Asimismo, su restaurante Bar Plaza, situado en la planta calle con acceso directo, presenta una carta donde predomina la cocina local.
Un valor arquitectónico inigualable
Destaca la variada oferta gastronómica del hotel. En su interior encontramos el restaurante japonés Shikaku, con unas vistas únicas a la muralla romana descubierta durante la rehabilitación del edificio. En ambos restaurantes se trabaja con productos de proximidad, partiendo de un recetario tradicional en evolución, con toques de fusión y técnicas contemporáneas. Entre sus platos más populares encontramos la ensaladilla de gambas al ajillo, las croquetas de langostino y pulpo o la hamburguesa de carne madura con mermelada de chorizo.
Hay que subrayar el valor arquitectónico del Mercer Plaza Sevilla, que ocupa dos antiguos edificios que nacieron como residencias familiares de una burguesía floreciente en la segunda década del siglo XX. El primero, en 1914, lo firma Juan de Talavera Heredia (1880 – 1960) y, el segundo está construido dos años antes por José Espiau y Muñoz (1879 – 1938).
Para estas construcciones, ambos se decantaron por el regionalismo, una corriente que intentaba recuperar la arquitectura célebre y monumental del pasado incorporando elementos del barroco, el estilo mudéjar o el gótico. Además, los amantes de la historia tienen una cita obligada con este hotel, ya que permite contemplar los restos de muralla romana del siglo III que aparecieron durante las obras de restauración.
El hotel integra en sus nuevos espacios elementos protegidos de los edificios originales, como el patio central acristalado o la escalera recubierta de azulejos sevillanos de principios del siglo XX. Respecto a las habitaciones, huyen de la opulencia sin renunciar al lujo, integrando el estilo artesanal, en un impecable trabajo con la madera de carpinteros locales y lo histórico, y conservando elementos característicos de estas dos antiguas casas sevillanas, ya sean sus azulejos o su distribución en torno a sus patios.