La filosofía creativa de Patek Philippe nunca ha atendido a los criterios impuestos por el mercado, sino que ha seguido permanentemente su propio camino. Esa particularidad es una de las que mejor definen el trabajo de la manufactura radicada en Ginebra, y se extrapola a cada una de sus actuaciones. 1996 fue un año productivo para la firma; primero inauguraba sus instalaciones de Plan-Les-Ouates, donde unió bajo un mismo techo todos los trabajos relojeros. Fue también el ejercicio en el que llegaba al mercado su primer calendario anual, convertido más de veinte años después en uno de los referentes relojeros en los que no solo ha crecido Patek Philippe, sino que se ha ampliado a otras muchas marcas.
Ese mismo año, la casa ponía en marcha dos iniciativas vinculadas a la comunicación de esa creatividad de excepción y que hoy mantienen toda su frescura e intención. Nos referimos a la campaña publicitaria Generaciones y a la revista Patek Philippe que reciben sus clientes dos veces al año. La primera quería poner el acento de su mensaje en la relación de los propietarios de un Patek y sus relojes. En ese vínculo con una creación excepcional que estará ‘vivo’ durante muchas generaciones.
La campaña fue creada en Londres, por la agencia Leagas Delaney y puso el énfasis sobre el cliente y no sobre el producto. Pero además no se parece a ninguna otra campaña de relojes de la época; en primer lugar porque no se refiere en ningún momento a la situación económica o laboral del cliente al que se dirige sino a la parte emocional que une a las familias.
En segundo lugar, su visión está en el futuro en lugar de aclamar el pasado. De ahí el eslogan ‘Inicia tu propia tradición’. Todo ello se trasladó a imágenes –fotografías en blanco y negro– donde se expresan las relaciones entre madres e hijas y padres e hijos que aparecen unidos por actividades comunes y que siempre iban acompañadas de un título que ha quedado como el verdadero claim de la veterana pero significativa campaña: “Nunca un Patek Philippe es del todo suyo, suyo es el placer de custodiarlo hasta la siguiente generación”.
Patek Philippe, doble identidad
Ricardo Balbontín
Momentos que han sido captados además por fotógrafos de fama mundial como Peggy Sirota, Peter Lindbergh o Robert Wyatt entre otros. Ellos han sido los responsables de plasmar una evolución tranquila que ha permitido perpetuar el mensaje con cerca de 50 temas diferentes y que desde 2013 también está presente en medios digitales.
Una idea de Philippe Stern
La segunda propuesta de comunicación la compañía tiene su origen en una idea de Philippe Stern que deseaba compartir el universo cultural y los valores de la empresa con sus clientes. Eso se tradujo en la revista Patek Philippe, que dos veces al año desde entonces llega a los hogares de los propietarios de un reloj Patek y que está centrada en los intereses y actitudes de una clientela que se define por su visión exquisita del estilo de vida. Por eso, la revista abarca una amplia variedad de contenidos, donde tienen cabida el arte, la arquitectura, el diseño y por supuesto las grandes personalidades contemporáneas.
Alto contenido editorial en el que además ha contado con aportaciones excepcionales de autores de reconocida fama y prestigio como José Saramago, Carlos Fuentes o John Fowles. En justa correspondencia también han ‘desfilado’ por sus páginas las imágenes de fotógrafos como Lord Snowdon o Wim Wenders. La publicación se distribuye en 175 países y en ocho idiomas diferentes.