Hace más de una década que las familias Rothschild (Château Lafite) y Álvarez (Vega Sicilia) pusieron en pie su proyecto riojano. Esta vendimia, al fin, se elaborará en unas instalaciones propias, cuya construcción acaban de terminar en Samaniego (Rioja Alavesa). Controlar todos los procesos de elaboración en las instalaciones precisas permitirá aumentar la producción hasta las 350.000 botellas fijadas como objetivo inicial, y asegurar la calidad de los vinos que saldrán de las uvas de distintas parcelas que la bodega tiene en las cien hectáreas de viñedo repartidas entre San Vicente de la Sonsierra, Samaniego, Laguardia, Labastida, Elvillar, Ábalos, Navaridas y Kripan. El diseño de la bodega busca una pureza de líneas funcional, y consta de tres naves independientes: elaboración, envejecimiento y expedición.
Todo el proceso llevado a cabo en una nave sigue un curso natural, pasando a la siguiente nave por gravedad. Para conseguirlo se ha aprovechado la pendiente del terreno y el diseño articulado de las instalaciones, conectadas entre sí. Hace tres años salió al mercado la primera cosecha de Macán y Macán Clásico del 2009. El que se elabore en esta cosecha saldrá al mercado a partir de 2020. En la inauguración de la bodega, Ariane de Rothschild declaró: “Dijimos que este iba a ser un vino para nuestros hijos que, con el paso de las generaciones, tendría una categoría de mito. Después de las tres primeras cosechas, y la excelente acogida del mercado, no me cabe duda de que lo vamos a conseguir”.