Alta artesanía para una moda respetuosa con el planeta

Alta artesanía para una moda respetuosa con el planeta

Alta artesanía para una moda respetuosa con el planeta

En los últimos años, la tendencia de la moda fácilmente desechable ha pasado de producir dos a 50 colecciones al año y el 80% de la ropa que se descarta en todo el mundo termina en vertederos. El motivo principal de este exceso de producción es que la industria de la moda ha dejado de diseñar prendas pensadas para durar o para ser reutilizadas. Aún así, la concienciación acerca de los efectos negativos de estas acciones es cada vez mayor en los consumidores preocupados por reducir su impacto diario en el planeta, y para ello es necesario recurrir a los métodos tradicionales de creación que apuestan por un ciclo de vida largo del producto, basado en la calidad de la materia prima y la implementación del trabajo manual.

Una tendencia en alza

A través de la artesanía es posible desarrollar procesos de producción sostenibles y respetuosos con los trabajadores, la biodiversidad y el planeta. De esta forma, cada pieza creada es única y original y acumula los años de experiencia transmitida de las generaciones anteriores. Incluso en las pasarelas de las Semanas de la Moda se ha extendido en los últimos meses la tendencia del craftcore, definida como una corriente estética que defiende el interés por volver a los orígenes de la confección. Coser, reparar y bordar se convierten así en los procesos que rescatan los valores de la moda tradicional.

Complementos y accesorios para el hogar elaborados por Isabel Álvarez, con taller en la localidad de Mazcuerras, Cantabria.

En España, algunos de los  diseñadores más emblemáticos llevan años sensibilizándose con esta forma de creación, entre ellos,  Moisés Nieto, quien, además de utilizar complementos artesanales en sus colecciones, ha impulsado una plataforma de mujeres artesanas, La Hacería, para poner en contacto a diseñadores y artesanos. Otros como Leandro Cano, Ernesto Naranjo, Palomo Spain y Nicolás Montenegro han convertido sus pueblos de origen en localizaciones para sus shooting, e incluso algunos han establecido en ellos su residencia habitual. El denominador común en todos ellos, la utilización de las costureras que les han visto nacer para producir algunas de sus producciones más complejas. Aunque el sector de la moda no es el único que se vale de la artesanía para ofrecer un trabajo más respetuoso con el medio ambiente y las comunidades. También el mundo del interiorismo, la decoración y la arquitectura recurren al trabajo artesano, como es el caso del interiorista y fundador del Estudio Caramba Tomás Alía.

Tinajas realizadas por el alfarero Antonio Moreno, procedente de Torrejoncillo, Cáceres.

Iniciativas que miran al futuro

Para impulsar la colaboración entre artesanos del medio rural y diseñadores e interioristas en favor de una producción más reducida y duradera, asociaciones como la Red Española de Desarrollo Rural (REDR) y Redeia se encargan de concienciar a los consumidores de las bondades de adquirir prendas, muebles y objetos hechos a mano, realizados en Españade mejor calidad y durabilidad. Esta alianza se enmarca en el proyecto Oficios en REDR, con el que la REDR y Redeia promueven los oficios artesanos como herramienta para frenar la despoblación y diversificar la actividad económica del medio rural, generando nuevas oportunidades de negocio para los artesanos de oficios ancestrales.

Para ello REDR y Redeia organizaron un primer encuentro los pasados días 23 y 24 de noviembre en la provincia de Cáceres, con diseñadores de firmas españolas que ya han experimentado con éxito el cambio de tendencia hacia el slow fashion. Entre los artesanos que estuvieron presentes en las jornadas, se encuentran alfareros/tinajeros, sombrereras, costureras expertas en encaje de bolillos y picado de faldas, curtidores, zapateros, marroquineros y artesanos de mobiliario y complementos. “Los talleres artesanos permiten fijar población, promover la diversificación laboral y ofrecer a los jóvenes una salida profesional de la mano de la sostenibilidad. Con este proyecto buscamos revalorizar los métodos artesanales, impulsar esos saberes ancestrales. En definitiva, hacer reflexionar a la sociedad sobre el modo en el que vivimos para cambiar la mirada y la narrativa de lo rural”, señala Secundino Caso, presidente de REDR.

Marcos Lopez y su madre María Angeles Hoyo, artesanos establecidos en el pueblo de Villamiel, en Cáceres.

Los pueblos como primera inspiración

La tendencia slow fashion ha hecho de la tradición su credo. La estética rústica se está imponiendo en las últimas temporadas y es un hecho que las firmas de moda se pronuncian cada vez más a favor de oficios manuales como valor añadido a sus creaciones. Este movimiento da visibilidad también a los negocios familiares, como es el caso de María Angeles Hoyos y Marcos López, madre e hijo, vecinos de Villamiel (Cáceres) y artesanos de primera y segunda generación respectivamente que comercializan sus productos en ferias y a través de su página web. Otra artesana que utiliza el medio rural como su espacio para la creación por la cercanía con los recursos naturales y los métodos tradicionales de producción más sostenibles, es Isabel Álvarez, residente en Mazcuerras (Cantabria), la única artesana en el mundo que realiza bolsos, complementos, muebles y objetos de decoración utilizando la piel y el pelo de la vaca tudanca.

A través de la concienciación acerca del vínculo entre moda, artesanía y sostenibilidad, la industria intenta dar cabida a una nueva forma de pensar, de revalorizar el trabajo lento de los talleres y de ofrecer a cada prenda u objeto el amor y trabajo que necesita para permanecer en nuestro armario durante muchos años.  El resultado, más calidad y circularidad del diseño y menos huella de carbono emitida al medio ambiente.

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