Las fechas de la Semana de la Moda de París están marcadas en rojo en el calendario de muchas celebrities, entre ellas Brooklyn Beckham. El hijo de David y Victoria Beckham es un habitual de los desfiles que se celebran en la capital francesa para que cada firma de a conocer las novedades de cara a la siguiente temporada.
El joven de 25 años parece estar centrado en su pasión por la cocina si tenemos en cuenta que ha participado en varios programas de televisión sobre gastronomía en los últimos meses, que los videos con recetas son habituales en su cuenta de Instagram y que recientemente ha lanzado su propia línea de condimentos de lujo bajo el nombre Cloud23. Sin embargo, esto no parece estar reñido con el amor por la moda que parece haber heredado de sus padres y que comparte con su esposa Nicola Peltz porque el mayor de los Beckham se ha mantenido fiel a su cita parisina una edición más.
De entre todas las presentaciones que se llevan a cabo en estos días, Brooklyn Beckham y Nicola Peltz han elegido no perder detalle de las de Balmain y Courrèges. Ambos han seguido desde la primera fila todo lo que ha sucedido sobre la pasarela y lo han hecho como es frecuente en ellos presumiendo de looks coordinados.
Para atender las propuestas que Olivier Rousteing había ideado para Balmain, ambos han optado por vestir de negro de manera discreta –él con un pantalón recto y una camisa; y ella con un top con escote halter y un pantalón ajustado–; mientras que para el desfile de Courrèges han querido añadir en la ecuación el tono blanco, decantándose la modelo por un estilismo monocolor y Beckham por una mezcla de las dos tonalidades.
Especialmente llamativa ha sido la elección del aspirante a chef puesto que ha optado por lo que los anglosajones conocen como ‘full leather look‘, una apuesta arriesgada de la que Brooklyn Beckham ha sabido salir airoso.
A Brooklyn Beckham es frecuente verle lucir cazadoras de cuero tipo biker en estilismos desenfadados. Lo que ahora ha hecho el joven es dar un paso más al combinar una de estas prendas con un pantalón a juego. Aunque no por ello ha caído en la estética motera, ya que el conjunto resulta notablemente sobrio al tratarse de un pantalón para nada ajustado y de una chaqueta de líneas rectas en la que no hay ni rastro de tachuelas, corchetes, hebillas ni grandes solapas.
Además, al llevar este dúo de manera discreta con una sencilla camiseta básica blanca, ha logrado un resultado tan elegante que lo convierte en una alternativa relajada a la sastrería tradicional.