Carl Hansen CH 07: el capricho que cambió mi vida
La historia que rodea a este clásico del diseño se había vivido antes en muchas otras ocasiones y circunstancias. Dicen que cuando Hans J. Wegner mostró esta pieza en la Exposición de Diseño de Dinamarca de 1963 muchos clientes quedaron decepcionados y eso acabó resintiéndose en las ventas, que fueron en principio muy reducidas. Aparentemente […]
La historia que rodea a este clásico del diseño se había vivido antes en muchas otras ocasiones y circunstancias. Dicen que cuando Hans J. Wegner mostró esta pieza en la Exposición de Diseño de Dinamarca de 1963 muchos clientes quedaron decepcionados y eso acabó resintiéndose en las ventas, que fueron en principio muy reducidas.
Aparentemente aquella presentación fue un fracaso, pero se trataba tan sólo del comienzo. En realidad Wegner había dado con un diseño revolucionario, el de La Silla Concha de Tres Patas, mueble que entonces comenzaba una manera muy peculiar de abrirse camino en muchas casas.
Pasaron más de tres décadas. Cuando la marca Carl Hansen recuperó el diseño en 1998, la recepción poco tuvo que ver con la de los años sesenta: en esta ocasión el éxito fue tremendo. Con la nueva producción, desde ese momento la silla pasó a llamarse la de la sonrisa (The smiling chair). Su estructura, tan sencilla como elegante: tres delicados pilares soportan unas láminas cómodas, confortables y muy agradables ópticamente.
Su madera laminada con una suave curvatura la convierten en una pieza bonita, agradable y muy atractiva estéticamente. Además por su forma es muy útil para espacios con forma de esquina. ¿El problema? Los 2.100 euros de cada pieza.