En 1962, el astronauta John Glenn llevó a bordo de la nave espacial Friendship 7 de la NASA un cronómetro Heuer 2915A. Un antecedente que ahora se transforma en el TAG Heuer Carrera Astronomer, donde se ofrece una medición precisa del ciclo lunar. En el interior de este reloj se halla el Calibre 7, un movimiento mecánico que acciona una complicación de fase lunar que replantea la forma de leer los ciclos lunares. A las 6 horas, un disco giratorio presenta siete fases lunares ilustradas con gran precisión.
Flanqueada por dos finas flechas calibradas, la subesfera muestra la fase lunar actual, así como su posición en el ciclo de 29,5 días. Cada día, a la 1.00 am, el disco lunar avanza el movimiento real de la luna. En el reverso, el fondo de la caja revela un homenaje a la inspiración cósmica del reloj, acompañado de la Corona de Laurel, que simboliza el triunfo y la excelencia perdurable. Esta visión celestial se concreta en tres modelos, cada uno con su propia identidad visual, pero unidos por una dirección creativa común; una trilogía que captura el espíritu de la luna.
