Collar Bib Cartier París (1947).

Cartier: 100 años de joyas, arte y diseño

La exposición del V&A Museum londinense es una esas citas que no solo ayudan a descubrir el estilo de Cartier, también permite reconocer su historia a través de creaciones excepcionales.

Son más de 350 objetos que muestran la evolución del legado de arte, diseño y artesanía de Cartier desde principios del siglo XX –cuando los tres nietos del fundador abrieron sucursales en París, Londres y Nueva York–, y lo hace en un escenario majestuoso, el V&A Museum (finaliza el 16 de noviembre). La exposición incluye joyas y objetos exclusivos, piedras preciosas históricas, relojes de la Colección Cartier y el V&A Museum, así como bocetos inéditos de los archivos de ambos, además de obras cedidas desde la Casa Real Británica, museos y otras colecciones privadas. El diseño de la exposición es obra del arquitecto y artista británico Asif Khan.

Entre las piezas destacadas se halla el broche de diamantes Williamson, encargo de la reina Isabel II en 1953, con el diamante rosa Williamson de 23,6 quilates; la tiara Scroll, de 1902 y utilizada en la coronación de Isabel II; el broche de clip con forma de rosa (1938) utilizado por la princesa Margarita en la coronación de su hermana; el anillo de compromiso de Grace Kelly (1956), que lució en su última película, Alta sociedad (1956); un broche de amatista y zafiro de Cartier Londres (ca. 1933) que utilizó Nelly, la esposa de Jacques Cartier; el collar de serpiente de María Félix (1968); la tiara Manchester de la colección del V&A; una colección de joyas pantera, que incluye una pulsera de pavé de diamantes salpicada de ónice (1978); y una selección de relojes Cartier, incluido el reloj de pulsera Crash, diseñado por Cartier Londres (1967).

Crash de 1967 de Cartier.
Entre la selección de relojes se encuentra este Crash de 1967. También se halla el primer reloj de pulsera moderno, el Santos (1904) , un Panthère de 1914 y una incomparable colección de relojes misteriosos.

La exposición se inicia con una presentación de Louis, Pierre y Jacques Cartier, una introducción en la que aparece en escena la tiara Manchester del V&A Museum. Fabricada en Francia, encarna las primeras aspiraciones de Cartier y su concepto de negocio global.

Un recorrido por la genialidad

Dividida en tres secciones principales, la primera indaga en la creatividad de Cartier y la fortaleza de sus relaciones con los clientes, lo que dio lugar a algunas de sus creaciones más espectaculares que, además, son reflejo de la historia de las artes decorativas en las primeras décadas del siglo XX. Eso sí, con sus propias reglas y con la imaginación y la autenticidad como referentes. Así es como nace el ‘estilo guirnalda’, inspirado en la arquitectura y las artes decorativas francesas del XVIII, y piezas como un broche de escarabajo de Cartier Londres con coloridas alas engastadas con gemas talla calibre, o el broche de diamantes de inspiración islámica expuesto por primera vez. Lo que es evidente es que Cartier desarrolló su propio estilo, combinando modernidad e innovación con elegancia y refinamiento. Eso se materializó en motivos recurrentes, líneas esenciales, colores, un juego de espacio y volumen, así como una calidad excepcional en los materiales empleados. El estilo art déco de Cartier se plasma, por ejemplo, en un broche geométrico de 1925 de coral naranja y esmeralda verde o en un broche de 1941 de Cartier Londres en diamante blanco y platino.

Wallis Simpson, duquesa de Windsor.
Wallis Simpson, duquesa de Windsor, fue una ferviente admiradora de las joyas de Cartier. En la imagen, con el collar Bib.

La siguiente sección se centra en los talleres Cartier, presentes en cada sucursal de Cartier y donde los artesanos trabajaban según los exigentes estándares de la maison. Los visitantes pueden comprobar, por ejemplo, cómo se fabrica hoy en día la pantera empleando técnicas joyeras antiguas, y descubrirlo en un reloj de pulsera de 1914, el primer ejemplo del diseño de piel de pantera en una creación de Cartier. También hay espacio para reconocer la importancia de los materiales excepcionales utilizados por Cartier. Los viajes de Jacques Cartier a Oriente Medio, India y Sri Lanka están detrás de los rubíes más extraordinarios, de espectaculares zafiros, pasando por diamantes históricos e incluso diamantes de colores excepcionales. Aquí se exponen algunas de las piedras preciosas más puras, como un collar propiedad de la heredera estadounidense Barbara Hutton, elaborado con una de las mejores colecciones de cuentas de jade que existen, o el broche Allnatt de 101 quilates de diamantes.

La última parte de la exposición se centra en cómo Cartier se convirtió en una de las firmas más reconocidas del mundo, en sinónimo de sofisticación, originalidad y buen gusto. Desde la utilización de técnicas de marketing pioneras, a participar en la Exposition internationale des arts décoratifs et industriels modernes de 1925, donde Cartier fue la única maison de joyería que expuso sus creaciones junto a los principales modistos, y a, por supuesto, convertirse con el paso del tiempo, en la firma preferida de actores y artistas musicales… todo ello ha contribuido a que siga siendo uno de los nombres más reconocibles.

Tiara Scroll de estilo guirnalda y fabricada en 1902 de Cartier.
La tiara Scroll de estilo guirnalda y fabricada en 1902. Fue utilizada por Isabel II en su coronación y posteriormente, en 2016, apareció Rihanna con ella en la portada de W Magazine.

La exposición culmina con una exhibición de tiaras. Símbolo de estatus y elegancia, representan la máxima expresión de la creatividad y la habilidad del joyero. Cartier sigue hoy fabricando estas piezas. Destacan la tiara Opal, nunca antes expuesta, encargada en 1937 por Mary Cavendish; la tiara Scroll de estilo guirnalda (1902) y una tiara halo art déco de diamantes y platino (Cartier Londres 1934), que lució Begum Aga Khan III.

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