‘No te líes con tu vecina’ y otras reglas para el día después
1. En tu desesperación has vuelto a casa sin nada entre las manos pero con una cogorza encima que no te deja ni ver dónde meter la llave del portal. En ese momento llega también tu vecina con otra de impresión. Que si te ayudo, que si no te ayudo, que si te rozo, que si me miras… ¡Error!! No bebas de ese cáliz maldito… ¡La vas a ver a todas horas, en todo momento, sin escapatoria posible! Al día siguiente te arrepentirás seguro. Y no sabrás ni como despedirte: “¿Quieres que te baje la basura esta noche?” ¡Noo!
2. Te llevaste de calle al más cool de la noche… él tocaba la guitarra y cantaba que era una gloria. No te podías creer que se hubiera fijado en ti… ¡Ah! Te lo llevas a casa encantada de la vida y pasáis una noche espléndida, casi sin hablar. A la mañana siguiente él te dice: “Mira nena, anoche me debí de dar un leñazo con tu puerta y m’arañao el codo, ¿no tendrás micromina, gordi?” ¡Arggg! “¿Micromina?” “¿Gordi?” Ya no sabes cómo pedirle que se vaya, así es que haces mutis por el foro y dices: “Ahora subo, guapo”. Y desapareces hasta que se aburra de esperarte y se vaya de tu casa. Claro que a lo peor no se va. Este es un mal plan: nunca hay que meter en casa a nadie sin hablar antes con él.
3. Has visto a un grupo de modelazas, morenas, rubias, hasta una pelirroja, que te sonríen, te ven con posibilidades y se muestran abiertas a una proposición. Te acercas a ellas y te ligas a la primera rubia de 1,80. ¡Cuidado! Es una trampa mortal: Si no estás a la altura de lo que se espera, la rubia transmitirá con pelos y señales todas tus decepcionantes artimañas amatorias a todo el grupo… Más te vale cambiar de país. Los grupos de modelazas están conectados entre ellos por whatsapp. No tienes salvación: tu día después será el peor día de tu historia amatoria.
4. Eres el rey de la pista, el hipster del momento, el más del barrio. Siempre impecable, siempre recién afeitado, siempre oliendo bien, siempre a la última con esos pitillos y esas camisetas ceñidas… Todas en secreto te desean. Y vas tú y al día siguiente de estar con la Barbie Superstar te levantas al baño, te miras en el espejo y ves que te has convertido en Sid Vicious. ¡No te da tiempo a arreglarte! El mejor consejo: huye antes de que se despierte y compruebe que eres pura fachada.
5. Has bebido hasta reventar, la noche te confunde, las luces te sugieren una selva en la que, cual depredador, tienes que cazar una presa. La cazas y esa noche das rienda suelta a todos tus bajos instintos cazadores: que si el bondage, que si cera caliente de velas, que si la fusta, que si los azotes… Ella, ¿encantada? ¿No será que a esas alturas no oyes nada? No lo sabemos. Con lo cual, lo mejor es ponerse una alarma en el móvil que sólo oigas tú y salir de allí a la francesa. Pero para no dejar el pabellón por los suelos, lo mejor es bajar a la pastelería y dejarle unos croissants franceses al lado de una cafetera… Para que piense que en el fondo, tienes mucho estilo. Te llamará.