«Reinventa nuevas combinaciones de lo que ya tienes. Improvisa. Sé más creativo. No porque tengas que hacerlo, sino porque quieres. La evolución es el secreto para el siguiente paso». Es una frase que dijo Karl Lagerfeld en relación a la moda, pero que Daniel César Martín Brühl González -más conocido como Daniel Brühl- parece haber adoptado a la perfección a lo largo de toda su carrera interpretativa.
El actor de padre alemán y madre española, nació en Barcelona el 16 de junio de 1978, pero fue en Alemania donde se crió y debutó en la gran pantalla. Su primera película la grabó en 2001, con 23 años, pero fue Good Bye, Lenin! en 2003 la que lo lanzó al estrellato. En esta comedia interpreta a un joven alemán que oculta a su madre, recién despertada de un coma, la caída del Muro de Berlín y, con él, todos sus ideales.
Tras varios reconocimientos, Brühl amplió sus fronteras y demostró al mundo su capacidad con los idiomas, hablando fluidamente alemán, castellano, inglés y francés. En España grabó Salvador (Puig Antich) con Manuel Huerga, en Estados Unidos Malditos Bastardos con Tarantino, en Rusia In Transit con Sergei Astakhov, en Reino Unido Los crímenes de Oxford con Álex de la Iglesia y ahora en Francia la serie Becoming Karl Lagerfeld con Jérôme Salle. Entre otras muchas producciones.
Éxito alimentado de trabajo
Su éxito no ha hecho más que aumentar en los últimos años, al igual que lo ha hecho su calidad actoral y su buen hacer en la profesión. Él mismo confesó a Fotogramas que su padre le había dejado muy claro desde pequeño que si se quiere contar algo en el cine, lo mejor es que «el taxista y el intelectual cinéfilo estén hablando de la película«. Por ello se compara con Lagerfeld cuando Pierre Bergé le decía que lo que estaba haciendo era muy comercial.
Brühl busca ser como el diseñador: «yo prefiero ser de vez en cuando más Prêt-à-porter que alta costura«. Gracias a esta idea heredada de la moda y a las críticas que ha tenido que soportar en su día a día -sobre todo en su primera etapa en Alemania-, ha logrado alzarse como uno de los actores más versátiles de su tiempo, comprometiéndose con cada papel que ha interpretado, en cada lugar que ha pisado y con cada uno de los espectadores que han ido a ver su película al cine.