Gregory Peck, la buena gente

Gregory Peck, la buena gente

Gregory Peck, la buena gente

Nació en San Diego (California) en el seno de una familia católica. Se graduó en Lengua, aunque enseguida descubrió que su vocación era el teatro, y se pagó las clases de interpretación trabajando de camarero. Gregory Peck estuvo en la cima durante tres décadas, en las que protagonizó Vacaciones en Roma, Moby Dick o Matar a un ruiseñor, versión cinematográfica de uno de los libros más leídos e influyentes de la literatura norteamericana, escrito por la ya fallecida Harper Lee.

En ella, Peck encarna a Atticus Finch, un modesto abogado de Alabama cuyo recto carácter es puesto a prueba cuando acepta la defensa de un joven negro acusado de violar a una chica blanca. El Atticus Finch que ya para siempre tendrá el rostro de Gregory Peck encarna desde entonces el ideal de virtud estadounidense. Peck pertenece a esa estirpe de hombres ‘de verdad’: masculinos, educados, correctos en el vestir, silenciosos y prudentes, pero siempre fiables.

Julia Urgel

Ese tipo de hombre que con una mirada o una sonrisa es capaz de hacer temblar a las mujeres, o que entran en un bar y se ganan el respeto de la clientela masculina nada más quitarse el sombrero y pedir al camarero un whisky con hielo. Hombres capaces de interpretar en la realidad de una pantalla la bondad, la rectitud, la serenidad y valor de los seres humanos sin apenas tener que despeinarse.

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