Nombres del año IX – Empresa: Amodei y la IA que puede revolucionar la longevidad
Fundador de Anthropic, promueve un desarrollo tecnológico responsable. Su IA ya es rentable económicamente y promete un futuro inmediato con una esperanza de vida de 150 años.
“Se tiene la imagen de que soy un pesimista o un ‘catastrofista’ que cree que la IA será en su mayoría negativa o peligrosa”, escribe Dario Amodei (San Francisco, EE.UU., 1983) en el ensayo Máquinas de amor y gracia. No le falta razón. Sus tesis sobre la necesidad de un control exhaustivo y una desaceleración o pausa en el desarrollo de los modelos de inteligencia artificial le han valido el sambenito de cenizo en Silicon Valley. También, han conseguido que Amazon, Google o Blackstone apoyen su proyecto de IA, Anthropic, cuyo chatbot se denomina Claude. En el último año, la valoración de la empresa pasó de 53.000 a 138.000 millones de dólares tras la ronda de financiación llevada a cabo en octubre. Un éxito basado no tanto en la prudencia de Amodei como en el potencial de investigación biológica de su proyecto.
Formado inicialmente en Caltech y después en Stanford, Amodei completó un doctorado en Física en Princeton, centrado en la dinámica eléctrica de los circuitos neuronales. Una formación que le predestinaba a trabajar en el desarrollo de proyectos de inteligencia artificial. Tras un periodo postdoctoral en Stanford, el joven, nacido en una familia Italo-judía, se orientó hacia la investigación computacional incorporándose a Google Brain y después a OpenAI, donde dirigió el área de investigación. Su formación en Biología tiene una gran influencia en las enormes perspectivas que puede tener la IA en la medicina y la longevidad. Agárrense los machos, porque vienen curvas.
Amodei sostiene que una computación avanzada acelerará la investigación médica hasta un punto sin precedentes, “comprimiendo en 5-10 años el progreso que los biólogos humanos habrían logrado en los próximos 50-100”, afirma. En el horizonte descrito por el empresario, la IA posibilitará la “prevención y tratamiento fiables de casi todas las enfermedades infecciosas naturales”, abre la vía a “vacunas para cualquier cosa” y transforma el abordaje del cáncer hasta lograr “reducciones del 95 % o más” en incidencia y mortalidad. “Se prevendrán la mayoría de las enfermedades genéticas” y el alzheimer formará parte del pasado. Todo esto, claro está, si la visión pesimista de Amodei no se transforma en certeza y la máquina no acaba antes con todos.