El Festival de cine de San Sebastián continúa aprovechando sus últimas jornadas con la celebración de uno de los actos más esperados, la entrega del Premio Donostia de este año que ha recaído en Pedro Almodóvar.
Este galardón que en el 2023 fue a parar a manos de Javier Bardem -aunque la huelga de actores de Hollywood hizo que no haya podido recoger su estatuilla hasta hace unos días- ha sido el que ahora ha recibido el director manchego ante un entregado público, justo después de desfilar por la alfombra roja del certamen acompañado de Tilda Swinton, Victoria Luengo, Raúl Arévalo, Melina Matthews y Juan Diego Botto, parte del equipo de su última película, La habitación de al lado.
En la Mostra de Venecia se enfundó en un traje rosa pastel de Loewe para presentarse en la gala en la que su cinta protagonizada por Tilda Swinton y Julianne Moore se alzó con el León de Oro. Para el SSIFF, en cambio, quiso festejar el reconocimiento a su larga trayectoria con un dos piezas en una dulce tonalidad azul clara pero que presumía de un estilo muy similar.
Con este look que ha completado con unos zapatos negros es como ha subido Pedro Almodóvar al escenario tras recibir una gran ovación por parte del entregado público que se ha congregado en el Kursaal.
«El cine es mi vida y mi vida no tiene sentido sino el cine»
Pedro Almodóvar ha querido en primer lugar agradecer al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, su asistencia a este evento como muestra de su apoyo a la cultura, para después señalar la suerte que ha tenido de trabajar con actores y actrices como Penélope Cruz, Rossy de Palma, Carmen Machi o Antonio Banderas, de «enorme talento» y a los que dice estar «inmensamente agradecido».
Las palabras de Pedro Almodóvar tras recibir el Premio Donostia han estado especialmente dedicadas al arte, al trabajo al que soñaba con dedicarse desde que llegó a Madrid en 1970. «El cine es mi vida y mi vida no tiene sentido sino el cine», ha reconocido el manchego. «He tenido el privilegio de contar las historias que quería contar, de imponer mi mentalidad desde los márgenes sin esperar a que nadie me diera permiso para hacerlo», ha añadido.
«Lo que quiero contar aquí es mi pasión por el cine. Una pasión que ha dado una dirección a mi vida y que probablemente me ha salvado de muchos peligros. El cine me lo ha dado todo, mucho más de lo que yo podía imaginar«, ha señalado el responsable de cintas como Todo sobre mi madre o Mujeres al borde de un ataque de nervios, quien ha indicado que seguirá detrás de las cámaras durante mucho tiempo porque para él «La alternativa es el vacío».
Almodóvar, que ha aprovechado para recordar que «La vida, tanto en la ficción como en la realidad, es compleja y entraña multitud de peligros. Pero sin libertad la vida no merece la pena ser vivida», no ha querido dejar pasar la oportunidad de mandar un mensaje de esperanza similar al que lanzó en Venecia hace unas semanas, cuando abogó por llevar a la gran pantalla respuestas a los mensajes de ocio que recibimos a diario: «Hagamos lo posible porque las grandes tragedias, el dolor cotidiano, la incomprensión, la mentira, la falta de empatía, la injusticia social, el odio, todo lo negativo imaginable, hagamos que pertenezca a la ficción y que la vida real transcurra de un modo justo, en paz y muy entretenida».