Cada botella es el reflejo de un proceso artesanal, de una historia única, de una parcela concreta y de una vendimia hecha a mano, cuenta Eguizábal con emoción. Así, retrata la conexión emocional que siente con la tierra, el viñedo y el vino que producen como “íntima, casi espiritual. La tierra te enseña a ser humilde, paciente y agradecido. Cada añada es diferente, y ese vínculo con el viñedo te hace estar presente, atento, comprometido. El vino, al final, es la voz de esa tierra”.
Tradición y vanguardia con un mismo pulso
Valparaíso es mucho más que una bodega. Es un proyecto familiar que ha sabido combinar el saber hacer de generaciones con la innovación y el respeto por el entorno. Su nombre no es casual: evoca un paraíso del vino, una aspiración que se hace realidad con cada cosecha. Aquí, el clima continental moderado, los suelos calcáreos y la tradición vitivinícola del entorno se dan la mano con la tecnología, la precisión y el cuidado artesanal.
Con una capacidad de producción de hasta 300.000 botellas al año, Valparaíso apuesta por un modelo que privilegia la calidad frente a la cantidad. “Menos, es más. Apostamos por producciones limitadas para garantizar vinos auténticos, que hablen de su origen”, afirma Eguizábal.
El alma del viñedo: el Tempranillo
El Tempranillo, variedad reina de la Ribera, es el pilar sobre el que se edifica la identidad de la bodega. “Su versatilidad, elegancia y capacidad de envejecimiento nos permite explorar diferentes estilos manteniendo una coherencia y una personalidad reconocible”, señala el director general. Las 66 hectáreas de viñedo que cultivan —repartidas entre Pesquera de Duero, Sotillo de la Ribera y Quintana del Pidio— incluyen cepas centenarias que reflejan con intensidad el carácter de este territorio.
Un reloj, dos tiempos
En el torreón de la bodega, un reloj marca dos tiempos: el externo, que sigue el ritmo del mundo, el mercado, la evolución y, el interno, que obedece al ciclo del vino. Una metáfora perfecta de la filosofía de Valparaíso: respetar el ritmo natural de cada añada, sin prisas, con paciencia.
“El vino es la voz de la tierra. Escucharla requiere tiempo, humildad y compromiso”, confiesa Borja.
Una nueva etapa: sostenibilidad y vinos ecológicos
En sintonía con las exigencias del consumidor actual y su responsabilidad con el medioambiente, la bodega ha dado un paso firme hacia la producción ecológica. Ya cuentan con 7,5 hectáreas certificadas como viñedo ecológico, y celebran esta nueva etapa con el lanzamiento de su Jardín de Valparaíso Rosado Ecológico 2024: un vino fresco, elegante y atrevido que inaugura una línea enfocada en el respeto por la tierra y la autenticidad.
“Ser sostenibles no es solo una opción, es una responsabilidad. Trabajar en ecológico implica conocer mejor nuestras parcelas, ser más conscientes y comprometidos”.
Microvinificaciones, innovación y terroir
La bodega experimenta con microvinificaciones para descubrir nuevas expresiones del terroir. Una de las más sorprendentes fue la de una parcela con orientación norte: contra todo pronóstico, reveló una acidez vibrante y un perfil aromático único. Esto ha abierto nuevas puertas a interpretaciones más audaces y personales del territorio.
Todo el proceso —desde la vendimia manual hasta la crianza por parcelas— está orientado a lograr vinos complejos, profundos y con capacidad de emocionar.
Vinos que cuentan historias
Entre sus referencias más destacadas se encuentran los Raíces de Valparaíso (2018 y 2022), Valparaíso Roble (2007, 2011 y 2021), Valparaíso Crianza (2004, 2012 y 2019), y el icónico Marqués de Valparaíso Reserva 1996, el primer vino embotellado en la inauguración de la bodega. Cada etiqueta es una pieza de historia, un capítulo en su evolución.
El legado: autenticidad y pertenencia
Con casi 2.000 m² de instalaciones, tecnología avanzada y un equipo comprometido, Valparaíso se proyecta hacia el futuro sin perder su esencia. Su objetivo: seguir creciendo sin dejar de ser ellos mismos, cuidando el legado que construyen día a día.
“Queremos que Valparaíso se recuerde como una bodega que apostó por la autenticidad y por el trabajo bien hecho. Que nuestras botellas sigan emocionando, hoy y siempre”.