Un bacalao de serie limitada. Eso es el Skrei de Noruega. Un Gadus Morhua, la mejor especie de bacalao, con una musculatura única en su género, esculpida por la titánica migración que realiza para el desove. Las lascas jugosas, firmes y tersas de su carne blanca son el fruto de la travesía que realiza desde el Mar de Barents hasta las Islas Lofoten, en Noruega. Miles de kilómetros desafiando a las corrientes marinas, luchando para conseguir la gran recompensa de llevar sus huevas a las mejores aguas de esas latitudes. Capturado por hombres que salen a la mar cuando otros regresarían, que cuidan tanto este regalo del mar, que lo limpian y evisceran a diario para prolongar su frescura. Esa frescura es la que garantiza el Sello de Calidad Skrei.
Una medalla que solo pueden llevar los mejores, los que han superado los controles de la rigurosa normativa que regula desde la pesca hasta la llegada al punto de venta, para asegurar la máxima calidad, sostenibilidad y origen. Un lujo tan auténtico como efímero, dado que su único formato de presentación, en fresco, es la consecuencia directa de su estricta estacionalidad: fuera de su temporada, que se extiende de enero a abril, no existe. En su momento óptimo de consumo, el bacalao Skrei despliega su excelencia gastronómica en mil y una presentaciones, desde las más clásicas a las más innovadoras, siempre que respetemos las dos reglas de oro de su elaboración: tiempo y temperatura.