Tras haber pasado fugazmente por Palma de Mallorca y haber viajado hasta París para apoyar a los deportistas españoles que competían en las diferentes disciplinas en los Juegos Olímpicos, los reyes han disfrutado de unos días de desconexión junto a sus hijas en destino desconocido. Unas vacaciones que llegaban a su fin hace apenas unos días cuando Felipe VI retomaba su agenda para asistir a la la toma de posesión del presidente de República Dominicana Luis Abinader y la infanta Sofía y la princesa Leonor ponían rumbo a sus respectivos destinos para dar comienzo ya al nuevo curso.
Don Felipe y doña Letizia ya están en Madrid y, para celebrar su vuelta, han decidido salir a cenar a un conocido restaurante de la capital. Un local en el que ya había sido fotografiado el matrimonio en el 2016 por estas mismas fechas y al que ahora han vuelto para tener una cita informal.
El restaurante al que han acudido los reyes está ubicado en plena capital española y se llama La Lonja del Mar. Un concepto gastronómico capitaneado por el chef Fernando Negri que dispone, además de este espacio, de otros dos de carácter informal en este mimo recinto, La Taberna de La Lonja y La Barra de La Lonja.
Mariscos y pescados con vistas al Palacio Real
El emplazamiento del restaurante es una de sus grandes bazas ya que son el Teatro Real y el Palacio Real los que rodean a este local situado en el número 6 de la Plaza de Oriente que en en el siglo XIX albergó la Casa Castaldi, una fonda frecuentada por aquel entonces por músicos y artistas italianos como el autor de óperas como La Traviata o Nabucco, Guiseppe Verdi, quien la escogió como residencia en el invierno de 1863.
Su historia y su estratégica situación que permite una imponente vista panorámica de la zona son claves, pero eso no resta mérito a que sea su propuesta basada en la esencia del mar lo que convierten a La Lonja del Mar en un rincón de peregrinaje para los amantes del pescado y el marisco en Madrid que acaba de celebrar su décimo aniversario.
Zamburiñas gallegas, gamba roja de Dénia, cigala Monster, anchoas cantábricas, rape negro risolado con consomé, rodaballo salvaje en su jugo, las almejas en salsa Verdi –un homenaje al artista que vivió en este edificio que es una versión de la clásica salsa verde con ajo, perejil y vino blanco a la que se le añade mantequilla y fumet de bivalvos– o el caviar son algunos de los platos que se pueden leer en su carta, la cual está centrada en el producto.
Alta cocina marinera que también da importancia a la ostra, un molusco que convirtieron en protagonista de un mimado menú de nueve pases que diseñaron a comienzos de año.
En La Barra de La Lonja, en cambio, la experiencia es más relajada y ahí se pueden degustar platos para compartir como ensaladilla de gamba blanca, steak tartar de la sierra de Madrid, apatatas gallegas en chips o huevos Bella Aurora; mientras que en la taberna ubicada en este mismo espacio son especialmente demandados sus arroces.