Grace Jones, más allá de la música disco: la nueva exposición de la figura jamaicana

Grace Jones, más allá de la música disco: la nueva exposición de la figura jamaicana

Dicen los comisarios de la exposición que Grace Jones fue, ante todo, una ‘disco queen’, una reina de las discotecas. Es un intento, que ellos mismos reconocen vano, de centrar una figura con tantas facetas como para merecer, efectivamente, una exposición. El centro de arte que se ha atrevido es el Nottingham Contemporary, bajo el […]

Dicen los comisarios de la exposición que Grace Jones fue, ante todo, una 'disco queen', una reina de las discotecas. Es un intento, que ellos mismos reconocen vano, de centrar una figura con tantas facetas como para merecer, efectivamente, una exposición. El centro de arte que se ha atrevido es el Nottingham Contemporary, bajo el título 'Grace Before Jones: Camera, Disco, Estudio'. Cuando se les ocurrió la idease plantearon la oportunidad de la iniciativa. Pero encontraron respuestas. No solo porque Grace Jones encarna algunos de los grandes debates actuales, como la cuestión de raza y de género o la creación de la cultura popular. También porque atesora una carrera diversa que, además de la música, cuenta con incursiones nada prescindibles en la moda, el diseño e incluso el cine. Los artistas con los que ha colaborado dan idea de su trascendencia: Andy Warhol, Keit Haring y Robert Mapplethorpe entre ellos.

Nacida en Jamaica en 1948, en un ambiente de opresión religiosa, cuando su familia se mudó a Nueva York comenzó unos coqueteos con el mundo de la moda que cristalizarían con su marcha a París, ya en los 70, donde llamó la atención de nombres como Yves Saint Laurent o Kenzo Takada. Prefirió, sin embargo, dirigir sus pasos hacia la música, donde el éxito siguió acompañándola desde su primer disco, Portfolio, en 1977, para convertirse luego, con los siguientes y, especialmente Nightclubbing, en 1981, en todo un fenómeno mundial que alimentaban su inquietante imagen –eligió su famoso corte de pelo siendo aún adolescente, para evitar los dolores que le suponía peinarse sin suavizante, prohibido por la religión familiar– y provocadoras apariciones.

En los 80, probó con la música dub, una variante electrónica del reggae, pero, sobre todo, fue la década en la que cultivó su faceta como actriz, con películas como 'Conan, el Destructor', con Arnold Schwarzennegger, o 'Panorama para matar', de la saga James Bond. Siempre se arrepentirá, según ha confesado, de no haber aceptado la propuesta de Ridley Scott para participar en 'Blade Runner'. Pero de pocas cosas más. “Comencé a tomar mis propias decisiones escapando de la familia. Controlé mi vida. Si me equivoco, solo puedo culparme a mí misma”, dijo hace unos años, a propósito del lanzamiento del libro Nunca escribiré mis memorias. Ahora, dice, es en primer lugar la madre de Paulo. La exposición puede verse hasta el 3 de enero.

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