Leyendas de la Fórmula 1: las mejores fotos de pilotos de la historia
Algunos pueden reclamar la condición de aventureros. Otros encarnan lo contemporáneo, los rasgos de unos tiempos impíos que pretenden redimir con el sueño inasible de la velocidad. Desde la dura lucha por la supervivencia a la implacable lógica del ganador y del perdedor. Quienes crujen bajo la presión transmiten una sensación de plomo, mientras que aquellos […]
Algunos pueden reclamar la condición de aventureros. Otros encarnan lo contemporáneo, los rasgos de unos tiempos impíos que pretenden redimir con el sueño inasible de la velocidad. Desde la dura lucha por la supervivencia a la implacable lógica del ganador y del perdedor. Quienes crujen bajo la presión transmiten una sensación de plomo, mientras que aquellos a quien el destino ha escogido para regalarles el triunfo, transmiten ingravidez.
Tazio Nuvolari
Castel d’Ario, 1892 – Mantua, 1953. (Arriba en la imagen). Debutó en 1920, tras la Gran Guerra, y junto a Alberto Ascari y Enzo Ferrari formó la generación legendaria de pilotos italianos que dominó hasta 1939. Al contrario que Ascari, nunca participó en el campeonato del mundo de Fórmula 1, que se inició en 1950. Era un aventurero. Tuvo numerosos accidentes pero murió tras sufrir una embolia.
Juan Manuel Fangio
Balcarce, 1911 - Buenos Aires, 1995. Para muchos, ‘el Chueco’ sigue siendo el más grande piloto de la historia. Se inició muy joven en su Argentina natal, pero no llegó a Europa hasta finales de los 40. En 1950, se encontraba en su cénit y dominó los primeros años de la Fórmula 1 moderna. Ganó cinco campeonatos del mundo, el último en 1957 con 46 años. Primero a bordo de un Alfa Romeo, después Masserati, Mercedes Benz y Ferrari.
Jim Clark
Kilmany (Escocia), 1936 – Hockenheim (Alemania), 1968. Era un hombre gentil, un 'farmer' escocés que desde joven pilotaba a escondidas de su familia. Tenía un talento natural. Conducía con extraordinaria finura. De no haber fallecido en un trágico accidente en una prueba de Fórmula 2, en el circuito de Hockenheim, Clark hubiera acumulado un palmarés muy difícil de superar. Aun así, ganó dos campeonatos del mundo.
Jackie Stewart
Dumbartonshire (Escocia), 1939. La muerte de Clark le abrió el camino y no decepcionó. No era tímido como su compatriota. Su melena se hizo famosa. Tenía la habilidad de interpretar el comportamiento de sus bólidos. Ganó 27 grandes premios antes de retirarse en 1973. Consiguió tres campeonatos del mundo con Matra, March y Tyrell, marcas que sin él no volvieron a brillar de aquel modo.
Emmerson Fittipaldi
Sao Paulo, 1946. Fue una sorpresa. Había llegado a Europa en 1969 para correr en la Fórmula Ford Británica y con la muerte del austríaco Jochen Rindt, en el Gran Premio de Italia de 1970, Colin Chapman le llamó para intentar que Rindt obtuviera el campeonato a título póstumo. Desde entonces, hasta su retirada a finales de 1980, Fittipaldi ganó 14 grandes premios y dos campeonatos del mundo, en 1972 con Lotus y en 1974 con McLaren. Entonces se trasladó a Estados Unidos. En Indianápolis tuvo un terrible accidente y abandonó la competición. Rondaba los cincuenta.
Nikki Lauda
Viena (Austria), 1949 - Zúrich (Suiza), 2019. El hombre que volvió del infierno. Fue en el Gran Premio de Alemaniaen 1976. Las imágenes del Ferrari ardiendo y el piloto atrapado son difíciles de olvidar. Perdió una oreja, su cara se llenó de cicatrices y lo aprovechó para vender la publicidad del gorro que escondía los costurones. Entonces ya había ganado dos campeonatos del mundo. Lo superó, pero en el Gran Premio de Japón se retiró alegando falta de recuperación en sus ojos. Ferrari le castigó. Tras ciertas vacilaciones, regresó en 1983 con McLaren. Y en plena forma: dos años después consiguió el título.
Alain Prost
Lorette (Francia), 1955. Conocido como ‘el profesor’, Prost se graduó pronto. En 1980 fichó por McLaren y puntuó en sus dos primeros grandes premios. Lo suyo no fue consecuencia de un talento natural, sino de un duro aprendizaje. En 1985 consiguió su primer campeonato con el McLaren-TAG. Al año siguiente, repitió. Luego llegó su némesis. Compartió equipo con Ayrton Senna y no volvió a ganar hasta que fichó por Ferrari.
Michael Schumacher
Kerpen (Alemania), 1969. Su llegada a la Fórmula 1 fue espectacular. En el Gran Premio de Bélgica de 1991, Eddie Jordan tuvo que buscar un piloto sustituto y se acordó de un joven alemán que había competido con Mercedes en prototipos. Su actuación fue tan espectacular que al día siguiente Flavio Briattore, entonces patrón de Benetton, lo fichó. Aquel modesto equipo ganaba el campeonato del mundo dos años después y repetía en 1995. Y entonces llegó Ferrari. Los resultados tardaron en llegar, pero el alemán superó todos los récords.
Lewis Hamilton
Hertfordshire, Inglaterra, 1985. A la temprana edad de diez años firmó un contrato con McLaren. Su carrera deportiva ha estado apadrinada por Rod Dennis y McLaren desde su niñez. En 1998 McLaren y Mercedes-Benz le contrataron en el Programa de Jóvenes Pilotos de McLaren. Después de ganar los campeonatos Fórmula Renault, Fórmula 3 Euroseries y GP2, corrió para McLaren en 2007, debutando en Fórmula 1 doce años después de su encuentro con Dennis. Un año después se convirtió en el piloto más joven en lograr el título de Fórmula 1.